jueves, 13 de noviembre de 2014

Guia de teorico 14 (Unidad 5)

Unidad 5: Sociedad de control: arte, cultura y subjetividad en el capitalismo cognitivo

  1. TEORÍA QUEER
La teoría queer no constituye, en rigor, una teoría sistemática o unidireccional, sino un conjunto de discursos, un ámbito crítico de estudios y también de activismo que corresponde a lo que podríamos llamar el feminismo postestructural o, como dice Beatriz Preciado “lo que le ocurre al feminismo cuando se encuentra con Foucault” a partir de los años 70. Impacto de los textos de Foucault (sobre todo, la “Historia de la sexualidad”, pero también el curso de “Los anormales”).
En torno a 1975-76 se está produciendo una extraordinaria revolución política en los ámbitos del feminismo y de los movimientos homosexuales. En los textos de Foucault aparece un poderoso instrumento conceptual para desnaturalizar la noción de identidad sexual que venían trabajando el feminismo y los movimientos homosexuales hasta ese momento.
Las categorías sexuales son en sí mismas productos de constelaciones específicas de relaciones de poder y de saber. Foucault afirma que es necesario analizar el poder en sus formas más locales, sobre todo allí donde se prolonga en instituciones, tomando cuerpo en técnicas y manifestándose en instrumentos de acción material. Estudiar los cuerpos periféricos y múltiples que los efectos de poder constituyen en sujetos. Este análisis del poder permite a lxs teóricos queer explicar cómo se configuran las sexualidades legítimas e ilegítimas.
El concepto foucaultiano de “tecnologías de cuerpo” muestra cómo el cuerpo funciona como el espacio sobre el que se ejercen diferentes tipos de funcionamiento del poder, como el poder disciplinario, que no sólo controla a los sujetos sino que los vuelve productivos.

Crítica postfeminista o “tercera ola del feminismo”:

Teresa de Lauretis (utiliza por primera vez el término “teoría queer” en 1991, piensa el cine como instrumento de producción de “ficciones de género”).
Otras autoras: Eve Kosofsky Sedgwick, Donna Haraway.
Judith Butler: basándose en la teoría performativa de J. L. Austin sobre ciertos actos de habla, explica cómo el género opera como una construcción reguladora que privilegia la heterosexualidad como norma. Butler replantea el género como una ficción cultural, no una asignación biológica o natural, sino un efecto performativo de actos reiterados, donde el género se define en cada acto. No existe por lo tanto nada auténtico en relación con el género; no existe un ‘centro’ que produzca los signos reafirmadores del género.
Monique Witting: “Las lesbianas no son mujeres” (1979).
Contestaciones críticas al feminismo de la segunda ola, a la construcción del sujeto “mujer” auspiciada por dicho feminismo, que no logra desmontar el régimen heterocentrado.
La crítica postcolonial, un poco más tarde, cuestionó asimismo el carácter eurocéntrico y blanco del feminismo de la segunda ola.

Beatriz Preciado dice que las teorías queer y poscoloniales intenta llevan a cabo un análisis del poder y de la opresión, alejado de la lógica binaria de la dominación (bien/ mal, hombre/ mujer, hetero/ homo, gay/ lesbiana, blanco/ negro). Trabajan con una noción de opresión transversal en la que el poder no se articula ni se resuelve en forma de oposiciones dialécticas.
En función de los juegos de verdad, unos discursos son más verdaderos que otros, tanto dentro de los mismos campos de estudio y movimientos, como en los niveles de interrelación entre ellos. Se establecen así luchas por apropiarse de espacios de poder-saber, para legitimar los discursos propios frente a los ajenos. Para Foucault, los juegos de verdad no se reducen a simples relaciones de poder, interesa saber cómo pueden ponerse en marcha y estar ligados a determinadas relaciones de poder.
Estos trabajos en el ámbito académico cultivan la semilla que había sembrado en las calles un nuevo tipo de activismo de acción directa impulsado por una serie de microgrupos, primero en EEUU y luego en Europa.
El discurso queer nace a fines de los 80 en las calles, en el marco de las acciones de colectivos activistas (contexto caracterizado por las administraciones conservadoras de Reagan y Thatcher y la crisis del SIDA, que recrudece la discriminación hacia los homosexuales). Si estos colectivos están integrados por gays y lesbianas, a la vez la crítica queer toma distancia de las reivindicaciones identitarias de gays y lesbianas iniciadas en 1969, para postular un “giro postidentitario”.

La palabra queer históricamente se ha usado en el contexto anglosajón como insulto contra gays y lesbianas; constituye una injuria. A la vez, el término tiene una densidad semántica que se pierde en el castellano (suele traducirse como “marica”). En castellano se pierde esta densidad pero, además, el choque político o epistemológico de la palabra, porque no tenemos esa referencia.
Lo que hace la injuria queer es escindir un cuerpo del ámbito de la esfera pública y designarlo como abyecto, como anormal, como patológico, como desviado. Se construye una ciencia, una taxonomía, un saber, un dispositivo médico-jurídico que va a proliferar sobre todo a finales del siglo XVIII-XIX (Foucault).
A finales de los años 80 numerosos microgrupos que surgen sobre todo en Estados Unidos se apropian de esa injuria y van a utilizarla como lugar de enunciación política.
Del mismo modo las lesbianas en España se apropian del insulto “bollo” para autodenominarse como colectivo político.
Apropiación crítica de este término para autodenominarse, invirtiendo su sentido estigmatizante, “no somos anormales”. ¿Qué es queer? Es una oposición radical a la (hetero)norma. Se desmarcan de las políticas identitarias tradicionales, de las oposiciones binarias que regla el régimen heterocentrado: hombre/ mujer, hetero / homo, gay/ lesbiana, blanco / negro, transgénero / biogénero. No hay binarismo sino multiplicidad. Y entre la asignación de sexo biológico entre XX y XY, Preciado señala la existencia de infinidad de casos no considerados ni encuadrados en esa lógica binaria. Por eso habla de intersexo, para definir ese abanico de posibilidades y mutaciones sin nombre.
El término queer como “herramienta política”, término performativo. Butler, en Cuerpos que importan, habla de un giro postidentitario. Lo queer no es una identidad. Cuestionamiento de la categoría de identidad en tanto que categoría fija, coherente y natural, a las categorías identitarias como construcciones sociales. Mirada crítica a todos los procesos de construcción de identidad, también hacia la identidad homosexual, la identidad lesbiana, la identidad travesti.
Chiste de Roberto Jacoby: lo único malo de la nueva ley de identidad de género aprobada en Argentina (una de las más progresistas del mundo) es que permite cambiar de sexo ¡solo una vez por año!
Puesta en cuestión de la derivas “políticamente correctas” en la reivindicación de la igualdad y los derechos civiles de gays y lesbianas, impulsadas por los movimientos sociales de los 70 y 80. El sujeto del modelo gay y lésbico era predominantemente blanco y de clase media. Fortalecimiento de la oposición binaria heterosexualidad / homosexualidad. Se trata de desarticular este régimen de saber / poder (porque mantenerlo refuerza la heteronormatividad). Repliegue “políticamente correcto” de algunos sectores del movimiento gay y lésbico frente a la crisis del SIDA – estandarización y mercantilización de la cultura gay: lo gay como categoría para medir un nicho de mercado.
Forma de activismo político que entra en la academia y desarma los modos tradicionales de hacer ciencia, de pensar la objetividad, el propio sujeto que construye el conocimiento, etc.

BEATRIZ PRECIADO

VIDEO de Beatriz Preciado: http://www.youtube.com/watch?v=W8wfc2JNMd4

Beatriz Preciado, filósofa y activista queer española. Produce textos de combate, herramientas radicales para encender desobediencias. Desmarcándose críticamente tanto de las tradiciones de izquierdas como de las reivindicaciones identitarias trazadas por el feminismo y el movimiento homosexual, provocan un sismo en el pensamiento y la acción políticos. Activan formas de subjetivación e invención desafiante de modos de vida, de alianza y de afecto contrarios a las lógicas del capitalismo cognitivo.
Parte de tomar la teoría queer como una hipótesis de investigación (incluso o sobre todo sobre sí mismx).
Es una preocupación menos académica que propia del activismo político.
Políticas sexuales como políticas de saber.

MANIFIESTO CONTRASEXUAL (2000)
La identidad como una construcción social y cultural. Pero ¿cómo se construye?
Dildo: juguetes sexuales como diseños arquitectónicos, órganos sintéticos, prótesis audiovisuales y prótesis masturbatorias.
No reemplazan al pene (como diría el feminismo clásico) sino a la mano masturbatoria. Mano como órgano sexual.
Pensar el cuerpo como una de las producciones de la historia de la tecnología. Instrumentos culturales. Cuerpo como prótesis cultural que ha ido cambiando a lo largo del tiempo.
S. XVII. Cuerpo sexual como máquina de energía que debe producir trabajo o reproducir la fuerza de trabajo. Cuerpo como fábrica. Reprimir la mano, atarla a la cama, porque produce una fuga, un disturbio a esos dos destinos.

TESTOYONQUI (2008)
“¿Qué tipo de feminista seré ahora, una feminista adicta a la testosterona, o más bien un transgénero adicto al feminismo?” (p. 24)
Modelo de Foucault es incompleto porque no tiene en cuenta las nuevas tecnologías que aparecen en los 50. Técnicas audiovisuales y hormonales.
Sirve para pensar la historia de la sexualidad y el biopoder hasta fines del S. XIX.
Pero a partir del siglo XVIII ya se insinúa otra cosa: el cuerpo y la sexualidad como eje de la política. El poder es difuso y se inscribe en el cuerpo y la sexualidad: control del individuo y biopolítica de las poblaciones. Ya no el poder soberano (su derecho de decidir la vida y la muerte de los ciudadanos) sino control sobre el cuerpo.

Crítica a la izquierda: la cuestión feminista y homosexual son secundarias. Lo crucial es la noción de clase.
Reactivar la mirada sobre ámbitos que no estaban considerados como políticos: LO ÍNTIMO ES POLÍTICO.
Llevar el pensamiento de Foucault a pensar los movimientos políticos y de minorías sexuales contemporáneas.
Tecnologías de la guerra convertidas en tecnologías del cuerpo, domésticas, prostéticas (prótesis). Control de poblaciones, mutación.

LA ERA FARMACOPORNOGRÁFICA
Transformaciones de la producción industrial en el siglo XX.
1. Hacia 1970 (coordenada de su nacimiento). Fordismo. Auge de la economía del automóvil. Modo específico de producción y de consumo.
2. Post Segunda Guerra. Tránsito a industrias bioquímicas, electrónicas, informáticas o de la comunicación como nuevos soportes industriales del capitalismo. Posfordismo.
Evidente en el nuevo milenio. Gestión política y técnica del cuerpo, del sexo y de la sexualidad.
Propone un análisis sexopolítico de la economía mundial.
Investigación científica sobre el sexo y la sexualidad en EEUU es la mayor. Sexo como objeto de gestión política de la vida (biopolítica, según Foucault) a través de las nuevas dinámicas del tecnocapitalismo avanzado.
Relaciona fenómenos (científicos, médicos, industriales, massmediáticos, políticos), como:
-       Visibilidad de las mujeres, la homosexualidad y la transexualidad en el espacio público y en el discurso legal.
-       Investigaciones hormonales y en nuevos materiales para prótesis. Píldora. Barbitúricos, anestésicos, psicotrópicos. Viagra. Cultura underground.
-       Cirugía (lifting, descircuncisión, faloplastia)
-       Uranio. Nueva forma de vulnerabilidad de la vida.
-       Uso del plástico en la vida cotidiana
-       Playboy, primera revista porno en EEUU.

Nuevas tecnologías del cuerpo (biotecnología, cirugía, endocrinología) y de la representación (fotografía, cine, televisión, cibernética) que infiltran y penetran la vida cotidiana como nunca antes. Tecnologías blandas, control líquido (Bauman). Instituciones lábiles, maleables, líquidas.
Si la sociedad disciplinaria controlaba el cuerpo desde el exterior (aparato ortoarquitectónico externo), en la sociedad farmacopornográfica, las tecnologías forman parte del cuerpo, son cuerpo, devienen subjetividad. El cuerpo no habita los lugares disciplinarios sino que es habitado por ellos. Somatopoder. Técnicas microinformáticas, farmacológicas y audiovisuales ligeras, de transmisión rápida. Miniaturización, internacionalización e introversión.

NUEVA ECONOMÍA MUNDO después de la Segunda Guerra Mundial/ régimen posindustrial, global y mediático que requiere de esos motores: “nuevo tipo de capitalismo caliente psicotrópico y punk”. Dispositivos microprostéticos de control de la subjetividad con nuevas plataformas técnicas biomoleculares y mediáticas.
Régimen fármaco (procesos de gobierno biomolecular)/ pornográfico (semiótico-técnico de la subjetividad sexual).
Pornografía como pedagogía sexual: enseñar a las mujeres cómo hacerlo, con quién, en qué momento, etc. Ejemplo: película “Garganta profunda” en relación a la felación.
Subjetividades toxicopornográficas (definidas por sustancias que dominan el metabolismo): sujetos Prozac, cannabis, alcohol, ritalina, silicona, viagra… heterovaginales, doble penetración… etc.
La píldora y Playboy como paradigmáticos. Ciencia como nueva religión de la Modernidad.
Preciado se propone explicitar los procesos culturales, políticos, técnicos a través de los cuales el cuerpo como artefacto adquiere estatuto natural.


HISTORIA DE LA TECNOSEXUALIDAD
Foucault describe el paso de la sociedad soberana a la disciplinaria (fines del S. XVIII).
Preciado propone un TERCER RÉGIMEN DE SUBJETIVACIÓN
Sociedad Farmacopornográfica como denominación alternativa a la “sociedad de control” (Deleuze/Guattari).
“Chute y eyaculación políticamente programados”
(chute: inyección de heroína)

El biopoder, como nueva forma de poder productor, difuso y tentacular, desborda el dominio de lo jurídico, lo punitivo, y se vuelve una fuerza que penetra y constituye el cuerpo del individuo moderno.
Centralidad del sexo y la sexualidad en el gobierno moderno de la vida: SEXOPOLÍTICA: una de las formas dominantes de la acción biopolítica que emerge en el capitalismo disciplinario. Sexo, sexualidad y raza son tres potentes ficciones (somáticas, performativas) de occidente desde el s. XIX hasta nuestra contemporaneidad.

Recién en el siglo XIX se codifican las identidades sexuales, y se vuelven objetivo de vigilancia y represión jurídica. (Antes no había identidades sino prácticas como la sodomía –bíblica-, o la idea de la mujer como una variación débil, interiorizada del hombre, el hombre como monogénero y la mujer como receptáculo reproductivo). Recién en el siglo XVIII el sexo femenino se piensa como diferente al masculino. La nueva verdad anatómica como legitimación de la organización política de lo social (jerarquía entre hombres y mujeres. Subjetividad construida como una identidad fija y una única verdad sexual. Lo que hasta ese momento eran prácticas sexuales se transforman en identidades y en condiciones políticas estudiadas, perseguidas, castigadas, curadas). Cada cuerpo como un individuo a corregir. Doble movimiento: vigilancia medicojurídica/espectacularización mediática. NUEVO RÉGIMEN SEXOPOLÍTICO QUE SE ABRE CON LA PATOLOGIZACIÓN DE LA MASTURBACIÓN.
La heterosexualidad no como práctica sexual sino como régimen político.

Omisión del ano como centro productor de placer, primer órgano privatizado. Boca, mano. También órganos fuertemente controlados por la regulación antimasturbación y antihomosexualidad (que insiste en la asociación entre sexualidad y reproducción). Ano, boca, mano son órganos que no tienen género masculino ni femenino.
El ano se vuelve máquina revolucionaria, orificio antisistema presente en todos los cuerpos. Este órgano post-identitario, colectivo y político proyecta un nuevo lenguaje, un método, un saber situado y potente que hace estallar el orden sexopolítico heterocapitalista.
“Colectiviza tu ano. El arma es modesta pero la posibilidad de acción, cercana e infinita.” (Terror anal)
“Imperio sexual” (sexualizando la casta expresión de Hardt y Negri): sistema de construcción biopolítica cuyo centro somático de invención y control de la subjetividad es el “sexo” del individuo moderno.

Nuevas tecnologías del cuerpo en la construcción de la sexualidad
Control sexo-micro-informático
Dispositivos sexopolíticos (que producen subjetividad sexual): técnicas mecánicas, semióticas y arquitectónicas de naturalización del sexo. Sistemas duros y externos de producción de subjetividad. Ortopedias políticas, exoesqueletos disciplinarios, arquitecturas exteriores del cuerpo:
-       Expansión tentacular de la arquitectura doméstica, privado/público (Gran hermano)
-       Dispositivos ginecológicos, ortopedia sexual (dildos)
-       Nuevas técnicas mediáticas de control y representación (foto, cine, pornografía).
-       Técnicas psicológicas de introspección y confesión (psicoanálisis)
-       Comercio sexual/ control doméstico heterosexual (burdeles)

Dos manifiestos recientes de Preciado, que toman posición ante el rebrote homofóbico y la crisis actual en Francia (y el resto de Europa)


¿Quién defiende al niñx queer? (2013)
El invasivo discurso de Frigide Barjot y de los protectores de los “derechos del niño a tener una madre y un padre” me devuelve tristemente al lenguaje del nacionalcatolicismo de mi infancia. Nací en la España franquista y crecí en una familia heterosexual católica de derecha. (…) El niño es un artefacto biopolítico que permite normalizar al adulto. (…) Recuerdo el día en el que en mi colegio de monjas Reparadoras, la madre Pilar nos pidió que dibujáramos nuestra familia en el futuro. Tenía siete años. Me dibujé en pareja con mi mejor amiga Marta, con tres hijos y varios gatos y perros. Yo había diseñado mi propia utopía sexual en la que regían el amor libre y la procreación colectivizada, en la que los animales gozaban de estatuto humano.
Pocos días después, el colegio envió una carta a mi casa aconsejando a mis padres que me llevaran a visitar a un psiquiatra para atajar cuanto antes un problema de identificación sexual. La visita al psiquiatra vino acompañada de fuertes represalias. Del desprecio de mi padre y de la vergüenza y la culpabilidad de mi madre. Se extendió en el colegio la idea de que yo era lesbiana. Una manifestación de Copeístas y Frigide-Barjotianos me esperaba cada día al salir de clase. “Puta tortillera”, me decían, “te vamos a violar para enseñarte a follar como dios manda.” Tuve padre y madre y sin embargo no fueron capaces de protegerme de la represión, del oprobio, de la exclusión y de la violencia.
Lo que mi padre y mi madre protegían no era mis derechos de “niño” sino las normas sexuales y de género que ellos mismos habían aprendido con dolor a través de un sistema educativo y social que castigaba toda forma de disidencia con la amenaza, la intimidación e incluso con la muerte. Tuve padre y madre pero ninguno de ellos pudo proteger mi derecho a la libre autodeterminación de género y sexual. (…)
Lo que es preciso defender es el derecho de todo cuerpo, independientemente de su edad, de sus órganos sexuales o genitales, de sus fluidos reproductivos y sus órganos gestantes, a la autodeterminación de género y sexual. El derecho de todo cuerpo a no ser educado exclusivamente para convertirse en fuerza de trabajo o fuerza de reproducción. Es preciso defender el derecho de los niños a ser considerados como subjetividades políticas irreductibles a una identidad de género, sexual o racial.

DECIMOS REVOLUCION (2013)

No necesitamos ni ideología ni marido. (…) Necesitamos inventar nuevos deseos. (…) No queremos definirnos ni como trabajadores cognitivos ni como consumidores fármaco-pornográficos. No somos Facebook, ni Shell, ni Nestlé, ni Pfizer-Weyth. Tampoco somos Renault o Peugeot. No defendemos la producción francesa, tampoco la europea. En realidad no queremos producir. Somos la red viva descentralizada. Rechazamos una ciudadanía definida a partir de nuestra fuerza de producción o nuestra fuerza de reproducción. Queremos una ciudadanía total definida por la posibilidad de compartir técnicas, fluidos, simientes, agua, saberes… Ellos dicen que la nueva guerra limpia se hará con drones de combate. Nosotros queremos hacer el amor con esos drones. Nuestra insurrección es la paz, el afecto total. Somos el futuro parlamento postporn. Una nueva internacional somatopolítica está en marcha, hecha de alianzas sintéticas y no de vínculos identitarios. Ellos dicen crisis. Nosotros decimos revolución.

****

  1. EL RECURSO DE LA CULTURA

George Yúdice es doctor en literatura, profesor y director del Proyecto de Privatización de la Cultura del Programa de Estudios Americanos de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos. Actualmente en la Universidad de Miami. Se ha especializado en el estudio de la economía política de la cultura y es autor de numerosas publicaciones sobre estos temas en América Latina.
Yúdice es autor de libros como On Edge: The Crisis of Contemporary Latin American Culture (1992), Cultural Policy (2002), con versión en castellano: Política Cultural (2004), y El recurso de la cultura: Usos de la cultura en la era global (2002). Se ha especializado en el estudio de las dinámicas de las industrias culturales en sus aspectos económicos y políticos y el efecto de la globalización de los mercados.

Usos de la cultura en la era global

El argumento principal del autor en El recurso de la cultura es que “el papel de la cultura se ha expandido de una manera sin precedentes al ámbito político y económico”.
No analiza la cultura como contenido ni como distinción o jerarquización de clases (Bourdieu), ni como modo total de vida (Williams), ni como lucha política (Gramsci) sino como recurso; esto es, el mejoramiento sociopolítico y económico ante conflictos ciudadanos en medio del capitalismo cultural.
El capitalismo cultural implica un protagonismo de la esfera cultural mucho mayor que en ningún otro período de la modernidad. Nuevas fuentes de crecimiento económico desmaterializadas y mayor distribución de bienes simbólicos en el comercio mundial. La cultura como pretexto para el progreso y el crecimiento económico.
No es una relación nueva de la cultura/economía y sociedad, y los usos políticos de la cultura.
Relaciones de la cultura con el Estado Nación. La idea de cultura ha sido esencial en el discurso político del estado nacional, para integrarlo como totalidad homogénea, definir sus fronteras físicas y simbólicas, controlar, disciplinar, patrimonializar símbolos y valores.
T. Adorno denunció a la IC y los medios masivos por producir una fetichización mercantil del arte. Veía en el arte la posibilidad de liberación del individuo respecto del valor de cambio del arte. Yúdice plantea que ese valor de la libertad artística ya no existe.
El arte es hoy recurso para estimular el crecimiento económico mediante proyectos de desarrollo cultural urbano y proliferación de museos (ejemplo: Barcelona, Buenos Aires desde los años 90: Palermo, Puerto Madero). Ejemplo del Pelourinho en Bahía, viejo sitio de comercio de esclavos devenido centro de la industria turística, expulsando a sus viejos habitantes negros y pobres, y favoreciendo a la clase profesional-gerencial. Gentrificación.
Yúdice piensa este fenómeno en relación a la reducción de la subvención directa de los servicios sociales por parte del Estado. Legitimidad basada en la utilidad (lo contrario de la lógica económica al revés que señalaba Bourdieu para el campo artístico en su conquista de la autonomía).
La cultura como un ámbito para resolver problemas (incluso la generación de empleos). Ejemplo: festivales por la paz en Colombia, incluso en zona de conflicto. Multiculturalismo, justicia social, asociados al mundo del arte.

El cambio a un criterio utilitario en la cultura —según Yúdice— se asienta en dos razones:

  • La globalización pluralizó los contactos entre pueblos y facilitó las migraciones, por lo tanto disoció la cultura de la cuestión nacional.
  • El fin de la Guerra Fría también socavó la defensa de la libertad artística (que se alzaba en contrapunto al dogma estético soviético del realismo socialista).

Predominio de la idea de gestión, planificación y administración cultural (mundo de negocios). Cultura como esfera crucial para la inversión y el desarrollo. Patrimonio cultural tangible e intangible. Repliegue del Estado de la inversión en cultura. La cultura solo se financia, “a menos que proporcione una forma indirecta de ganancia”.

La publicidad y el marketing, los sponsors, asociados a la lógica cultural. Economía cultural. La creatividad asociada a las nuevas tendencias, al suministro de contenidos, al estilo (Suely Rolnik: incorporación de la creatividad contracultural como nuevo motor del capital).
Intersección entre programa económico y programa de justicia social.
Antecedente: Industria cinematográfica de Hollywood y su íntima relación con el capital financiero desde la década del 20. Pionero del control de la propiedad intelectual.
Modelo de la maquiladora (empresa que importa materiales sin pagar aranceles; su producto se comercializa en el país de origen de la materia prima) en la industria cinematográfica. Se obtienen ganancias mediante la posesión de derechos de propiedad. Corporaciones controlan la producción, y el que no detenta esos derechos debe trabajar como proveedor de servicios y contenidos.
Turismo cultural como factor de transformación de las ciudades post-industriales. (Ejemplo del tanque de agua en fábrica metalúrgica de Duisburg convertido en escuela de buceo).
Museos prestigiosos (alta cultura) funcionales a la especulación inmobiliaria. Promoción de culturas nativas para el consumo turístico, lugares históricos como parques temáticos a lo Disneylandia, creación de industrias culturales transnacionales.
Movilización y manejo de la población, en especial sectores marginales. Empresas para aprovechar el “talento” humano.
La cultura resulta un factor esencial para que EEUU mantenga su dominio económico global.

Ciudadanía cultural. Las diferentes culturas son igualmente constitutivas de la sociedad. Pluralismo y relativismo (a diferencia de las ideas universales de ciudadanía). Los distintos grupos participan en las esferas públicas y en la política desde sus rasgos propios. Cultura como espacio de pertenencia y afiliación, permeable a distintas culturas, en “convivencia”.

Penetración de la lógica del capital en los más recónditos lugares de la vida. El mercado prevalece sobre el Estado y la comunidad. Emancipación moderna absorbida por la regulación del cuerpo transformado en un bien de consumo.

Posibles alternativas emancipatorias desde paradigma utópico, principio de comunidad fundado en la solidaridad, abolición de la jerarquía Norte-Sur, conocimiento fundado en la autoridad compartida, nuevas formas de sociabilidad, pluralidad de poderes y leyes, mezcla. Alternativa político-cultural a la dominación. Poder cultural.

La cultura como reserva disponible. Genealogía de la transformación de la cultura en recurso. La esencia del arte como algo diferente e irreductible, que da cabida a otras interpretaciones sobre el rol del arte. Vanguardia como intento de fusión del arte y la vida, luego institucionalizado. Estetización de la vida.

Paradoja entre dos modelos. El arte no solo como instrumentalidad de la política y la economía. Sino como modo de cognición, organización social y emancipación.

DILEMAS DEL ARTE EN EL CAPITALISMO CULTURAL

Resulta cada vez más evidente que, a lo largo de las últimas décadas, en la fase que ha dado en llamarse “capitalismo cultural” o “capitalismo cognitivo”, el arte (en particular, el arte contemporáneo) ha pasado a ocupar un lugar central en los renovados mecanismos de acumulación de capital. Como nunca antes, la especulación se concentra en operaciones millonarias de compra y venta de obras de arte, generando enormes diferencias en muy poco tiempo. El mercado del arte se expande por todo el mundo, especialmente en contextos geopolíticos antes marginales como América Latina, Europa del Este, India o China. La apertura de nuevos museos de arte, bienales, ferias, megaexposiciones y otros eventos espectaculares configura un vasto y activo circuito, fuertemente asociado a los flujos del turismo y funcional a los procesos de gentrificación urbana, desbordante de prestigio y sofisticación, glamour y champagne.[1]
En medio de este inquietante panorama, ¿qué queda de la potencia disruptiva del arte, su filosa condición crítica ante lo existente, su capacidad insumisa de sacurdirnos e inventar nuevos mundos? Es innegable que ideas y prácticas artísticas de signo antagonista frente al orden (artístico y social) existente han sido incorporadas rápidamente dentro de los aceitados mecanismos del sistema del arte. Si el urinario de Duchamp, por mencionar un ejemplo bien conocido, significó en su tiempo uno de los más demoledores actos de provocación y desafío contra la institución arte, hoy está bien resguardado en el Centro Pompidou (en París) para ser contemplado extáticamente por miles de personas como “obra de arte”.
La pensadora brasileña Suely Rolnik lo señala con agudeza, cuando habla del ejército de zombies que pueblan el mundo del arte en su país –y no solo allí-, trabajadores creativos, flexibles e hiperactivos que apelan al legado del movimiento antropofágico[2] y sus nexos con el tropicalismo[3] cuyas energías resultan ser “el principal combustible de la insaciable hipermáquina de producción y acumulación de capital”. [4]
Las fuerzas gestadas en los movimientos (políticos y poéticos) de signo emancipador y antagonista y su libertad experimental han resultado funcionales e incorporadas, son bien percibidas y aplaudidas, celebradas y recompensadas. Y su orientación principal no es ya la invención de (otros) posibles, sino “la identificación casi hipnótica con las imágenes del mundo difundidas por la publicidad y por la cultura de masas”.[5]
Ahora bien, ¿es este estado de las cosas, esta posición subjetiva deslumbrada por el lujo y el reconocimiento, un hechizo imposible de romper?
Reconocer(nos) dentro de este complejo panorama no supone cinismo ni derrota (sostenemos con Antonio Gramsci, “el pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad”). Implica terciar en medio del campo de batalla por activar las potencias y los sentidos atribuidos a experiencias artísticas que nos interpelan, nos conmueven y nos convocan.
En este punto, algunos defienden la capacidad irreductible del arte de aparecer de maneras inesperadas, produciendo fisuras y desórdenes en el orden existente. Así, encuentran en cierta producción artística un modo de intervención política. Otros, en cambio, optan por prácticas activistas que –sin renunciar a los saberes específicos- se disuelven en la vida social y renuncian a autodenominarse como arte. Ya no se trata de reducidos grupos de choque o de avanzada, sino de movimientos sociales difusos y dispersos, cuyos recursos se disponen para ser apropiados por muchos. Un ejemplo paradigmático de este modo de hacer fue el Siluetazo, ocurrido por primera vez en Plaza de Mayo durante la III Marcha de la Resistencia, el 21 de septiembre de 1983. Por iniciativa de tres artistas, consensuada con las Madres de Plaza de Mayo, se monta un enorme taller al aire libre donde cientos de manifestantes ponen el cuerpo para representar visualmente con siluetas vacías a escala natural el espacio físico que ocuparían los treinta mil desaparecidos. Cuantificar la presencia de la ausencia con una doble huella: la de quién ha sido secuestrado y la de quien prestó el cuerpo en un acto emotivo y solidario.
A mediados de los años noventa, surgen los escraches impulsados por la agrupación HIJOS, buscando evidenciar la impunidad en la que vivían entre nosotros los responsables del genocidio perpetrado durante la última dictadura militar. Desde 1997 el GAC (Grupo de Arte Callejero) contribuyó a los escraches produciendo carteles que subvierten el código vial institucional, simulando ser señales de tránsito convencionales (por su forma, color, tipografía, tamaño y emplazamiento). Se usaron como estandartes en las manifestaciones con las que concluía cada escrache y sobre todo se colgaron en postes en medio de la trama urbana. Así, un peatón o automovilista podía toparse de repente con un cartel que lo alertaba sobre la proximidad de la vivienda de un ex represor, o el lugar adonde funcionó un centro clandestino de detención y exterminio, o una maternidad clandestina en la que nacieron muchos bebés apropiados por el régimen, o el lugar del que partían los llamados “vuelos de la muerte”, o el sitio donde ocurrió un fusilamiento ilegal o una masacre, etc.

En 2011 el grupo mexicano Fuentes Rojas, ante la atroz violencia reinante, convocó a una acción colectiva que se propagó rápidamente: llamaron a bordar a mano sencillos pañuelos blancos, con el nombre, las fechas y demás datos de la historia de cada una de las víctimas. Cuando comenzaron esta titánica y paciente tarea, se hablaba de 40.000 asesinados y desaparecidos en los últimos años en México, como secuela de la guerra con el narcotráfico. Hoy, en 2014, ya se habla de 150.000. Con la consigna “Una víctima, un pañuelo”, dieron forma a la iniciativa Bordando por la paz, que se inició en la capital del país, y rápidamente se extendió a ciudades del interior afectadas por la violencia, donde se conformaron grupos de bordadores integrados por familiares de las víctimas o por ciudadanos solidarios. Los pañuelos se llevan a las marchas, armando pancartas móviles o precarias instalaciones al costado del camino por el que transitan los manifestantes. La iniciativa llegó muy pronto a Centroamérica, de donde provienen muchos migrantes, en su mayoría anónimos, masacrados en su intento de atravesar México buscando trabajo y un futuro menos hostil en el norte. Existen grupos de bordadores en Nicaragua, Guatemala y Puerto Rico, Brasil, Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia, Mozambique y Japón. La acción también se sostiene desde Córdoba (Argentina).
Muchas de las bordadoras son mujeres que buscan a sus hijos, a sus hermanos, a sus parejas, o simplemente afectadas y comprometidas con el dolor ajeno. Emplean un saber antiguo tradicionalmente asociado al mundo femenino, pero lo socializan y lo sacan del ámbito doméstico y privado, para convertirlo en un potente recurso político para hacer memoria y devolver una inscripción pública a los crímenes borrados por el poder.
Estos y muchos otros modos de hacer del activismo artístico conforman un repertorio de recursos disponibles para ser apropiados y resignificados por muchos, muy lejos del glamoroso y zombie mundo del arte. Desde mitad de los años noventa, los diálogos entre prácticas activistas dentro y fuera de América Latina vienen siendo intensos y dibujan una fluida red de intercambios y colaboraciones. Los recursos van y vienen, reaparecen en nuevos contextos, se cargan de sentidos inesperados. Las tácticas aquí mencionadas no pueden entenderse solo como actos políticos ni tampoco como meras exploraciones artísticas. La revitalización del activismo artístico nos lleva a indagar en la reinvención de la acción política como fuerza creativa y articulada con distintos movimientos sociales. La potencia de lo poético en lo político, la irrupción de lo político en lo poético.

PROYECCIÓN Y ANÁLISIS DE EPISODIOS DE “BLACK MIRROR” DESDE LA IDEA DE BIOPODER Y SOCIEDAD DE CONTROL

En la clase 13, se proyectó el capítulo The entire history of you de “Black Mirror” (Charlie Brooker, 2012), segundo de la primera temporada, y se analizó en relación a la noción de sociedad de control, interiorización del control, carácter continuo y su dispersión “al aire libre”. El “grano” como dispositivo de control interiorizado, literalmente dentro del cuerpo, que abarca el control de la Ley, las fronteras (aeropuerto), las relaciones laborales, las amistades y las relaciones de pareja. La memoria como material manipulable, suprimible, borrable, en donde pueden inscribirse recuerdos falsos. Opción de quitarse el grano como límite: por razones políticas, prostitución o robo.
Se propuso también a los alumnos que vean el capítulo 15 Million Merits (tercero de la primera temporada) y avancen en un análisis del mismo de acuerdo a los autores discutidos en la unidad.

*****






[1] Cabe señalar que esta estado de situación empieza a resquebrajarse en medio de la profunda crisis y el estallido de un modelo de acumulación que en Europa se traduce —entre otros graves aspectos— en la clausura o vaciamiento de muchos museos.
[2] El Manifiesto Antropofágico de 1928 se remonta como escena inaugural de la cultura brasileña a la deglución del primer obispo Pero Fernandes Sardinha, devorado por los indios caetés, subvirtiendo la convención unidireccional del vínculo entre centro y periferia al proponer una “digestión cultural” capaz de nutrirse del otro y a la vez transformar lo ingerido.
[3] Movimiento de música popular brasileña nacido en los años 60, que mixturó ritmos populares locales e internacionales y experimentalismo, y cuyo impacto llegó a las artes visuales, el cine y el teatro. Como afirma Caetano Veloso, uno de sus impulsores: “Estábamos comiéndonos a los Beatles y a Jimi Hendrix. (...) La antropofagia, vista en sus términos precisos, es un modo de radicalizar la exigencia de identidad, no de esquivarla”. Veloso, Caetano, Verdad tropical, Barcelona, Salamandra, 2002.
[4] Rolnik, Suely, “Geopolítica del rufián”, en: Guattari, Félix y Rolnik, Suely, Micropolítica, Buenos Aires, Tinta Limón, 2005 (pp. 477-493).
[5] Ibid.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Guia de Teorico 13 (unidad 5)

Unidad 5: Sociedad de control: arte, cultura y subjetividad en el capitalismo cognitivo
Las transformaciones modernas y contemporáneas de las formas de dominio. El pasaje de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control. Biopoder y tecnosexualidad en la sociedad farmacopornográfica.
La cultura como recurso del capital. Capitalismo cognitivo y subjetividad flexible. La incorporación de la contracultura. Resistencias micro y macropolíticas.


T13 Deleuze, Gilles, "Poscriptum sobre las sociedades de control", en: Conversaciones, Pretextos, Valencia, 1999.

T13 Foucault, Michael, “Derecho de muerte y poder sobre la vida”, en: Historia de la sexualidad, capítulo 5 del primer tomo, México, Siglo XXI, 2007 (pp. 161-194).

T14 Preciado, Beatriz, “La era farmacopornográfica” e “Historia de la tecnosexualidad” en Testo yonqui, Buenos Aires, Madrid, Espasa, 2008 (pp. 25-34 y 57-67). (Hay nueva edición: Buenos Aires, Paidós, 2013).

T14 Yudice, George, El recurso de la cultura, Barcelona, Gedisa, 2002. (pp. 23-41).

P13 Foucault, Michael,  “Poder-cuerpo” y “Las relaciones de poder penetran en los cuerpos”, en: Microfísica del poder, Madrid, Las Ediciones de la Piqueta, 1980. (pp. 103-110 y 153-162).

P 13 Longoni, Ana, “La intervención creativa para la movilización política”, en revista Humboldt n° 157, Goethe Institut, Bonn, 2012 (pp. 63-65).

P14 Rolnik, Suely, “Geopolítica del rufián”, en: Guattari, Félix y Rolnik, Suely, Micropolítica, Buenos Aires, Tinta Limón, 2005 (pp. 477-493).





  1. QUIÉN ES FOUCAULT
Michel Foucault (filósofo francés, 1926-1984). Parte del campo filosófico francés, deconstruccionismo, (post) estructuralismo. Crisis del marxismo y de la política. Señala la insuficiencia de las respuestas del marxismo al tiempo que mantiene como válido su territorio de problemas.
Zona fronteriza entre la filosofía y la historia. Historia de la filosofía (y no filosofía de la historia). Las formas de subjetivación como producciones históricas.

2. ETAPAS DE LA OBRA Y LIBROS CLAVE DE FOUCAULT

2.1. PRIMERA ETAPA: Arqueología
La Historia de la locura (1961) es el primer gran libro de Foucault. Una historia que comienza a finales de la Edad Media, cuando desaparece la lepra; continúa luego con el Renacimiento, época de libre circulación, de la que la Nave de los locos, tema literario y pictórico, será el emblema. Con la Época Clásica (siglos XVII y XVIII), con el advenimiento del racionalismo comienza, en cambio, su encierro. La tercera parte del libro narra la situación de la locura en el siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX: comienza la época de la medicalización.

Las palabras y las cosas (1966). El subtítulo de la obra es “Una arqueología de las ciencias humanas”. Dos conceptos clave recorren el texto: la muerte del hombre y la episteme, ambos estrechamente solidarios. El tema de la muerte del hombre (hombre entendido como “sujeto moderno”, una invención reciente, de apenas los últimos dos siglos, que desaparecerá cuando encuentre una forma nueva) tiene que ver precisamente con la disolución de las condiciones explicativas de las ciencias humanas (la psicología, la sociología, las teorías de los mitos y de la literatura), y la aparición de las contra-ciencias humanas (el psicoanálisis, la etnología, el estructuralismo).
El término episteme es el campo de análisis de la arqueología, y hace referencia a las condiciones de posibilidad históricas de los saberes, a una región intermedia entre los códigos fundamentales de una cultura, los que rigen su lenguaje, sus esquemas perceptivos, sus valores, y las teorías filosóficas o científicas que dan cuenta de ellos; a una región intermedia que instaura el orden de las cosas. Foucault menciona las epistemes renacentista, clásica, moderna. Abandona más tarde este concepto y lo reemplaza por el de “dispositivo”.

La arqueología del saber (1969). Un texto que trata de dar cuenta de la metodología utilizada en las obras precedentes, pero que, al mismo tiempo, marca ciertas distancias, que se harán cada vez más claras en las obras posteriores, sobre todo en lo que respecta a la relación de Foucault con el vocabulario y los conceptos estructuralistas.

2.2. SEGUNDA ETAPA: Genealogía (impacto del mayo francés: la cuestión del poder. Relaciones entre poder/saber). Foucault desarrolla esta noción como superadora de las de arqueología/episteme, en el segundo momento de su obra (post 68), cuando quiere rastrear el análisis de las formas de ejercicio de poder. Estudio de prácticas no discursivas, relaciones entre la no discursividad y el discurso. Analizar el poder en términos de estrategias y tácticas. Situar al saber en el ámbito de las luchas.

Cursos y seminarios en el Colegio de Francia. La problemática que desarrollará Foucault en estos cursos pasa por la voluntad de saber (tema del primer volumen de la Historia de la sexualidad); la sociedad punitiva (tema de Vigilar y castigar, 1975, de donde leemos un capítulo); los anormales, el nacimiento de la biopolítica (material utilizado también en el primer volumen de la Historia de la sexualidad); subjetividad y verdad, gobierno de sí y de los otros (temas de los dos últimos tomos publicados de la Historia de la sexualidad).

El orden del discurso. (Clase inaugural en el Colegio de Francia). No hay discurso sin poder. No hay discurso sin deseo (el discurso es el lugar del deseo).
Vigilar y Castigar.
La voluntad de saber (o Microfísica del poder).

2.3. TERCERA ETAPA: Ética (en los 80): historia de la sexualidad
Una pregunta, surgida de las investigaciones contenidas en La voluntad de saber, condujo a Foucault hacia los griegos: ¿cómo la sexualidad llegó a convertirse en un tema de preocupación ética?, ¿cómo se constituyó el hombre de deseo? Historia de la sexualidad.


3. CONCEPTOS CLAVE EN FOUCAULT
3.1. PODER/ VERDAD
Gran tema en Foucault: conexión entre poder y verdad. Historia política del saber. Microfísica del poder. Historia de esta “sociedad de normalización”.
La relación entre lo discursivo y lo no discursivo en Foucault a través de la consideración del poder es propia de la segunda etapa de su obra, a partir de Vigilar y Castigar.
Foucault no propone una especulación sino un análisis sobre los mecanismos concretos del poder en las instituciones: cómo se ejerce el poder en las prácticas militares, escolares, médicas, laborales, carcelarias. No se pregunta tanto qué es el poder sino cómo se ejerce. El poder como una función emergente desde ciertas relaciones, en las cuales los individuos se constituyen como sujetos. Las relaciones de poder producen sujetos. El poder no es algo singular sino múltiple. Un juego de fuerzas, que excede la violencia. Se dirige a objetos a los que destruye o cambia. Relaciones de poder (o fuerzas): incitar, inducir, desviar, facilitar, dificultar, ampliar o limitar. Capacidad de unos para conducir las acciones de otros. La lucha no es antagónica sino agónica (incitación recíproca, provocación permanente).
Sus tesis sobre el poder pueden sintetizarse en las siguientes afirmaciones:
- El poder pasa a través de dominados y dominantes.
- El poder no es una propiedad, es una estrategia. No se posee, se ejerce.
- Poder y saber son de distinta naturaleza, pero interactúan.
- El poder en esencia no es represivo. Es productivo.
No estudia el poder sólo como forma de represión o prohibición, sino considerando sus efectos positivos, lo que produce. La mayor parte de las estrategias o modalidades del poder son inducir, incitar, producir un efecto útil, hacer ver y hacer hablar, en lugar de prohibir y castigar que serían, propiamente, modalidades de otras formas de poder (el poder soberano).

RELACIÓN CON ALTHUSSER: Si bien coinciden en señalar ciertas instituciones (la familia, la escuela, el ejército, etc.) como aparatos disciplinarios (para Althusser son AIE o ARE), sin embargo, para Foucault el poder tiene un efecto positivo que Althusser nunca reivindicaría.

RELACIÓN CON GRAMSCI:
Oscar Terán (“La estación Foucault”, 1993) señala: “la vinculación entre las series discursiva y extradiscursiva comenzó a ser buscada en la retícula del poder y en la noción de dispositivo, ya que con ello podía además evocarse la dupla gramsciana de coerción-consenso, a partir de que la fortaleza del poder reside en que produce efectos positivos en el ámbito del deseo y del saber”.

RELACIÓN CON LA ESCUELA DE FRANKFURT
Del mismo modo que Adorno y Benjamin, Foucault percibe la doble cara de la modernidad (progreso/barbarie). Las libertades democráticas ocultan a los operadores materiales de la dominación. Dice Foucault: “Las Luces, que han descubierto las libertades, inventaron las disciplinas. (…) Las disciplinas reales y corporales han constituido el subsuelo de las libertades formales y jurídicas”.

3.2. DISPOSITIVO (de la disciplina, de la sexualidad). Concepto clave en la descripción genealógica del poder. Es la red de relaciones que se pueden establecer entre elementos heterogéneos (discursos, arquitecturas, instituciones, reglamentos, posiciones científicas, filosóficas, morales, lo dicho y lo no dicho). Establece la naturaleza del nexo entre esos elementos heterogéneos. Se trata de una formación que responde a una urgencia (por ejemplo, la población flotante como “exceso” en la sociedad mercantil).

3.3. TECNOLOGÍAS DE PODER
Para Foucault el poder es una tecnología que se produce en todas las relaciones y se ejerce mediante estrategias (por tanto, es susceptible de ser subvertido). A Foucault le interesa analizar la historia de las técnicas de poder, los procedimientos para asegurar el poder, las formas de establecerlo, mantenerlo, transformarlo. No busca elaborar una teoría general del poder sino delinear los mecanismos que intervienen en la economía del poder de una sociedad dada.
El poder no es una sustancia, ni un fluido, funciona reticularmente.
Los mecanismos de poder no son relaciones que se fundan sobre sí mismas; el poder es parte intrínseca de esas relaciones. A Foucault le interesa analizar dichas relaciones como forma de iniciar un análisis global de una sociedad. El análisis de los mecanismos de poder muestra cuáles son los efectos de saber en una sociedad y con qué tácticas de poder se enfrentan a las luchas y combates por el poder.
Tres mecanismos:
-       El mecanismo “legal o jurídico” es el dominante en el sistema legal arcaico presente desde la Edad Media hasta el siglo XVII-XVIII. Elabora la ley penal en forma de prohibición con un castigo espectacular a su trasgresión. Ejemplo: “no matarás”, su trasgresión se castiga con la horca. Aquí también está presente el mecanismo disciplinario a través del “suplicio” y los mecanismos de seguridad con el castigo al “robo doméstico” (pero no son dominantes).

-       El mecanismo disciplinario es el dominante en el sistema legal moderno (desde el siglo XVII/XVIII) elabora leyes penales en forma de prohibición, con un castigo ya no espectacular sino con forma de encierro/cárcel, lugar donde se vigila y controla, se corrige mediante ejercicios y trabajos.

-       Los dispositivos de seguridad son dominantes en el sistema legal contemporáneo. Se verifican desde -al menos- fines de los años sesenta del S. XX. La ley penal se elabora a partir de la prohibición + los castigos + la vigilancia + la corrección, pero tratando de prever estadísticamente la criminalidad de este tipo.

Espacio:
-       En la sociedad de soberanía (hasta la Edad Media): el objetivo es capitalizar un territorio. El buen control está asociado a una buena disposición espacial. Ejemplo: la ubicación de los súbditos.

-       En la sociedad disciplinaria (desde los siglos XVII y XVIII): el objetivo es arquitecturar el espacio. Disciplinar las multiplicidades para obtener un resultado. Se da en un espacio vacío (que se construye) y cerrado. Distribución jerárquica y funcional. Ejemplo: escuelas, ejército, talleres, fábricas.

-       En la sociedad de seguridad: se acondiciona un medio en función de trabajar con datos materiales para maximizar aspectos positivos y minimizar riesgos. Se tiene en cuenta “lo que puede pasar” en función de acontecimientos o series de acontecimientos. La técnica de seguridad es la gestión de series abiertas controladas por medio de un cálculo de probabilidades. Tiene en cuenta lo temporal y aleatorio, inscripto en un espacio dado. Para modificar la especie humana se debe actuar sobre el medio (medio es el conjunto de datos naturales y artificiales, la cantidad de efectos que afectan a quienes residen en él, el ámbito de circulación. Ejemplo: a más hacinamiento y suciedad, mayor cantidad de enfermos).


3.4. PANÓPTICO. Foucault nos habla de dos “tecnologías de castigo”: la monárquica que consiste en la represión mediante las ejecuciones públicas y la tortura; y el castigo que es aplicado hoy en día, el castigo disciplinario. Este tipo de castigo le da a los “profesionales” poder sobre el prisionero: la duración de la estancia depende de la opinión de los profesionales.
Ejemplo de persistencia contemporánea del panóptico, las cámaras de video instaladas en los bancos son más útiles por los robos que evitan con su sola presencia (porque nunca se sabe si hay alguien mirando) que por los ladrones que detecta. Es un sistema de última tecnología pero está basado en una teoría mucho más antigua. En 1791, Bentham diseño una prisión llamada el Panopticon. Este diseño le permitía a un vigilante observar a todos los prisioneros sin que estos pudieran saber si estaban siendo observados o no. Consistía en un edificio circular con una torre central de vigilancia en el centro. Desde ella los carceleros podrían observar a los reclusos en todo momento, en cada rincón de sus celdas. Pero los prisioneros nunca sabrían si alguien estaba mirando, por lo que estarían en permanente tensión. Bentham cuidó cada detalle en sus planos: la torre central no tendría puertas para evitar ruidos que delatasen la posición del carcelero y las ventanas contarían con persianas venecianas que permitirían mirar sin ser vistos. No habría en la prisión ningún punto muerto que escapase de la mirada del guardia. De esta forma se ahorraría mucho en personal debido a que los prisioneros actuarían en todo momento como si hubiese alguien en la torre aunque esta estuviese vacía.
¿Las escuelas Cacciatore como ejemplo de panóptico?
El panóptico representa para Foucault el diagrama del poder disciplinario.
Grupos relativamente pequeños en espacios acotados. Es a través de esta óptica de vigilancia, dice Foucault, que la sociedad moderna ejercita sus sistemas de control, de poder y conocimiento. El autor sugiere que para todos los niveles de la sociedad moderna existe un tipo de “prisión continua”, desde las cárceles de máxima seguridad hasta el trabajo diario.



4. SOCIEDAD DISCIPLINARIA
VIGILAR Y CASTIGAR (1975)

Historia de la disciplina: Cómo los dispositivos disciplinarios, que durante siglos habían permanecido anclados, como islotes, en los dispositivos de soberanía, comienzan a generalizarse a partir de los siglos XVII y XVIII, cuando se secularizan los mecanismos de disciplinamiento. Si bien los ejemplos de Foucault se centran en los siglos XVII y XVIII, la historia de la disciplina se remonta a comienzos del cristianismo y la Antigüedad. Ej.: los monasterios. Pero es en los siglos XVII y XVIII que estos mecanismos empiezan a generalizarse: castigos carcelarios, técnicas punitivas y supliciantes, estructuras de manicomios y penitenciarías.

El cuerpo, del castigo a la corrección. Una historia del control social del cuerpo muestra cómo se pasó del cuerpo como superficie de inscripción de penas y castigos (S. XVIII) al cuerpo como lo que debe ser corregido y reformado (S. XIX). Cambio del estatuto del cuerpo.
S. XVII: Descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco del poder. Un cuerpo analizable es un cuerpo manipulable. Cobra importancia la noción de docilidad en dos registros:
- CUERPO INTELIGIBLE: registro anátomo-metafísico que pretende relevar el funcionamiento y la explicación del cuerpo (elaboraciones de Descartes, investigaciones médicas, filosóficas).
- CUERPO ÚTIL: registro técnico-político: pretensión de sumisión y utilización del cuerpo útil. A través de reglamentos militares, escuela, hospitales se busca controlar y corregir el cuerpo.

S. XVIII: Se agregan:
- La escala de control: el cuerpo trabajado en todas sus partes
- El objeto de control: la eficacia de los movimientos, su organización interna, la coerción constante que articula tiempo/espacio/movimientos.
Así surgen las disciplinas: como métodos que controlan y garantizan la sujeción para asegurar la correlación docilidad-utilidad. El objetivo de las disciplinas es aumentar la utilidad, habilidades. Cuanto más obediente, más útil.
Contexto: Coincide con el momento de surgimiento del liberalismo. Dos obras muy influyentes:
- En lo social (Locke “Ensayo sobre el entendimiento humano”), a fines del S. XVII, liberalismo en ámbito político y religioso
- En lo económico (Smith “La riqueza de las naciones”) a fines del S. XVIII.

DISCIPLINA
Foucault usa este concepto en dos sentidos:
-       Orden del saber: forma discursiva de control de la producción de nuevos discursos.
-       Orden del poder: conjunto de técnicas para singularizar al individuo. (A este segundo uso del concepto se refiere el capítulo que van a leer).

La disciplina es una mecánica del poder que opera mediante técnicas coercitivas para fabricar cuerpos dóciles. A esto Foucault lo llama anátomo-política. Se sostiene en una microfísica del poder focalizada en el detalle (y que a partir del S. XVII se acelera mediante instrumentos precisos: reglamentos, inspecciones, escuelas, cuartel, hospital). El cuerpo se articula en un conjunto, es un elemento que se puede colocar, mover, y se define por el lugar que ocupa. Se distribuye a los individuos en el espacio mediante diversas técnicas: clausura (cuarteles, escuelas, fábricas), emplazamientos individuales (cada uno tiene su lugar), emplazamientos funcionales (espacio codificado, designación de lugares útiles y vigilados), organización de series compuestas por elementos intercambiables (distribución por edad, materias, sexo, raza, etc.).
Las disciplinas son una técnica del poder y constituyen un procedimiento del saber. A través de “cuadros vivos” transforman multitudes inútiles en multiplicidades ordenadas para dominarlas. La táctica disciplinaria une lo singular a lo múltiple.
La disciplina como procedimiento para conocer, dominar y utilizar.
La disciplina a veces exige la clausura (encierro de locos y vagabundos, conventos, colegios internados, cuarteles, reservas indígenas, campos de refugiados). La fábrica como un cambio de escala, otro tipo de control.
“El principio de clausura no es ni constante ni indispensable ni suficiente en los aparatos disciplinarios”. Estos trabajan de manera más flexible y fina.


TÉCNICAS DE DISTRIBUCIÓN EN EL ESPACIO:
-       Según el principio de localización elemental o de división en zonas: tantas parcelas como cuerpos. Tácticas de antideserción, antivagabundeo, antiaglomeración. La celda de los conventos: soledad del cuerpo.
-       Regla de emplazamientos funcionales codifica un espacio que la arquitectura deja disponible o para muchos usos. Espacio útil. Ejemplo: puerto con lugar de deserción, contrabando y contagio, “encrucijada de mezclas peligrosas, cruce de circulaciones prohibidas”. HOSPITAL marítimo como lugar de curación y filtro. Vigilancia médica, militar, fiscal, administrativa. Hospital de Rochefort: primero se toman medidas para el control de las cosas (mercancías) y luego de los hombres (registros), luego aislamiento de los contagiosos. “Un espacio administrativo y político se articula en espacio terapéutico, tiende a individualizar los cuerpos. (…) Nace de la disciplina un espacio médicamente útil”.
-       Fábricas del siglo XVIII: cómo individualizar, aislar y localizar, y a la vez que esta distribución no dificulte un aparato de producción. Oberkampf: taller de estampadores: cada dúo (estampador y tirador) en una mesa, entre las 132 alineadas. Por un pasillo central una sola persona puede vigilar a todos y a cada uno (comprobar presencias, dedicación, calidad del trabajo, rapidez, etc.). Cuadriculado permanente que impide las “confusiones”. División del proceso de producción (descomposición individualizante, distribución del espacio disciplinario).

En la disciplina, los elementos son intercambiables y se definen por el rango, la jerarquía. (Escuela: organización de un espacio serial como una “máquina de aprender pero también de vigilar, jerarquizar, recompensar”). A través de celdas, lugares, rangos las disciplinas fabrican espacios complejos (arquitectónicos, funcionales y jerárquicos): “recortan segmentos individuales e instauran relaciones operatorias, marcan lugares e indican valores, garantizan la obediencia de los individuos pero también una mejor economía del tiempo y de los gestos”.
Cuadros en el siglo XVIII como una técnica de poder y un procedimiento de saber. Imponer un orden. Clasificaciones de los seres vivos, registros de presentes, taxonomías, regulación de las riquezas y los movimientos económicos. La taxonomía caracteriza, el cuadro controla, es una táctica disciplinaria, que une lo singular con lo múltiple. Base para una MICROFÍSICA DEL PODER.

CONTROL DE LA ACTIVIDAD
-       Empleo del tiempo: establecer ritmos, horarios estrictos, obligar a ciertas ocupaciones, regular los ciclos de repetición. Origen monástico que se extiende más tarde a colegios, talleres, hospitales y ejércitos. Rigor del tiempo industrial como “tiempo religioso”.
-       Elaboración temporal del acto: marcha regular de la tropa (regulación del movimiento y del acto). “El tiempo penetra el cuerpo, y con él, todos los controles minuciosos del poder”. (Ejemplo: pasos al marchar)
-       Correlación del cuerpo y el gesto: “Un cuerpo disciplinado es el apoyo de un gesto eficaz” (Ejemplo: posición para tener “buena letra”).
-       Articulación cuerpo/objeto. La disciplina define qué relaciones puede mantener el cuerpo con el objeto que manipula. Los amarra uno a otro.
-       La utilización exhaustiva del tiempo (máximo de rapidez = máximo de eficacia)

Esto da lugar a un cuerpo mecánico/ máquina: del ejercicio, de la manipulación, del encauzamiento útil. El comportamiento y sus exigencias orgánicas van a sustituir poco a poco la simple física del movimiento. Cuerpo dócil vuelto organismo. “El poder disciplinario tiene como correlato una individualidad no sólo analítica y celular, sino natural y orgánica”.
Desarrollo en la época clásica (Ss. XVII y XVIII) de nuevas técnicas para ocuparse del tiempo de las existencias individuales.
La disciplina a través de la división en segmentos, la organización en esquemas, las pruebas de condición y habilidad, la disposición de series: analiza el espacio, descompone/recompone actividades, suma/capitaliza tiempo.
Esto permite/facilita un control detallado por parte del poder y habilita una intervención puntual. El poder se articula sobre el tiempo (lineal, evolutivo), asegura su control y garantiza su uso.
La disciplina combina series cronológicas en un tiempo compuesto para extraer la máxima cantidad de fuerzas y obtener resultados óptimos mediante un sistema preciso de órdenes.
La disciplina fabrica a partir de los cuerpos que controla una individualidad con cuatro características:
- Celular (distribución espacial)
- Orgánica (codificación actividades)
- Genética (acumulación tiempo)
- Combinatoria (composición de fuerzas)
Mediante cuatro técnicas:
- Construye cuadros
- Prescribe maniobras
- Impone ejercicios
- Dispone tácticas

*****

5. Gilles Deleuze: SOCIEDADES DE CONTROL

Gilles Deleuze (1925-1995) es contemporáneo de Foucault, también filósofo francés, también heterodoxo en su relación con el post-estructuralismo y el marxismo. Plantea una crítica a la tradicional forma en que se ha hecho filosofía (pero también arte, política, psicoanálisis, etcétera) en Occidente. En 1969 fue nombrado en la Universidad de París VIII donde trabajaría hasta su retiro de la vida universitaria en 1987. Allí trabajó con Foucault y conoció a Félix Guattari, un psicoanalista anti-manicomialización, con el cual comenzaría una fructífera colaboración de escritura a dúo, que tomó forma en los dos extensos volúmenes de Capitalismo y esquizofrenia: El Anti-Edipo y Mil mesetas (1980). Escribió varios libros sobre arte (Bacon, Jarry, Kafka, Proust, Sacher-Masoch).
Dos libros, luego del mayo del ‘68, Diferencia y repetición (1968) y Lógica del sentido (1969); dos libros sobre cine, Imagen movimiento e Imagen tiempo; y por último, ¿Qué es la filosofía? (1991), también escrito en conjunto con Guattari.
En política, Deleuze se proclamaba anarquista y marxista libertario. Como narró Jacques Derrida, pese a las críticas que Deleuze hizo a los marxistas, Deleuze nunca dejó de considerarse a sí mismo un marxista, y veía imposible hacer filosofía política sin centrarse en el análisis del capitalismo.

NUEVA TRANSICIÓN
Sociedades de soberanía (hasta la Edad Media): gravar la producción más que organizarla, decidir la muerte más que administrar la vida. El poder soberano, su derecho de decidir la vida y la muerte de los ciudadanos, se justifica en el derecho a defender su propia vida y exigir ser defendido (derecho disimétrico).
Sociedades disciplinarias (S. XVIII-principios XX): grandes centros de encierro por los que pasa el individuo (familia, escuela, cuartel, fábrica, hospital, a veces la cárcel). El proyecto ideal de los lugares de encierro es concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer una fuerza productiva.
Sociedades de control (después de la Segunda Guerra Mundial). Todos los centros de encierro atraviesan una crisis generalizada. Formas ultrarrápidas de control al aire libre. Intervienen en el nuevo proceso la industria farmacéutica, los enclaves nucleares y las manipulaciones genéticas.
Del topo a la serpiente monetaria: del patrón oro a los intercambios fluctuantes, acumulativos.

Máquinas/Sociedades: profunda mutación del capitalismo
La mutación tecnológica del capitalismo puede resumirse así:
  • Sociedades de soberanía/ Máquinas simples: poleas, palancas, relojes.
  • Sociedades disciplinarias/ Máquinas energéticas/ CAPITALISMO DE CONCENTRACIÓN
  • Sociedades de control/ Máquinas informáticas/ CAPITALISMO DE SUPERPRODUCCIÓN
En la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios y lo que se quiere comprar son acciones. Marketing como instrumento de control social. GPS como instrumento de control. Inadaptación de sindicatos.

PODER SOBRE LA MUERTE Y SOBRE LA VIDA: CONTINUIDADES ACTUALES

Foucault, “Derecho de muerte y poder sobre la vida”: Nunca como a partir del siglo XIX las guerras fueron tan sangrientas y los regímenes practican holocaustos semejantes sobre sus propias poblaciones. Pero eso es “complemento de un poder que se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrarla, aumentarla, multiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y regulaciones generales” (Historia de la sexualidad, t. V, p. 165).
La guerra ya no se justifica en defensa del soberano sino en nombre de la existencia de todos.
El viejo derecho de hacer morir o dejar vivir fue reemplazado por el poder de hacer vivir y de rechazo hacia la muerte (esquivar la muerte). Pensar en el suicidio y la eutanasia como decisiones en contra de ese poder.

PILAR CALVEIRO, Violencias de Estado (Siglo XXI, Buenos Aires, 2012)
Su mirada se concentra en la violencia estatal y en la intensidad y las formas de penalización y castigo, tanto en el ámbito nacional como internacional: sobre quiénes recaen las penas, quiénes son presentados como enemigos, cuáles son las tecnologías específicas del castigo, todos indicios que permiten reconstruir el núcleo duro del orden hegemónico y su impacto sobre los cuerpos concretos de los sujetos. Esa violencia, legitimada jurídicamente en virtud de estar administrada por los Estados –funcionales a las redes de poder corporativo y transnacional–, se despliega a través de dos grandes combates, definidos como guerras. Por un lado, la guerra antiterrorista, que permite expandir el nuevo orden global al invadir territorios y apropiarse de sus recursos; por otro, la guerra contra el crimen, que conduce al encierro creciente de jóvenes y pobres en aras de la supuesta seguridad interior. Nuevas formas de la violencia estatal que se dirigen principalmente contra disidentes y excluidos.

BIOPODER y BIOPOLÍTICA
Según Foucault, con la constitución de un biopoder y una biopolítica se alcanza el umbral de modernidad biológica.
Biopoder: formas de ejercicio del poder que tienen por objeto la vida biológica del hombre. En ese sentido, el biopoder incluye tanto el poder ejercido sobre los cuerpos individuales (las disciplinas, la anátomo-política), que opera sobre el cuerpo individual -considerado como una máquina- como el poder ejercido sobre la población o la especie (la biopolítica de la población, del cuerpo-especie). La vida y la muerte entran en el campo del control del saber y las intervenciones del poder.

“El cuerpo como máquina: su educación, el aumento de sus aptitudes, el arrancamiento de sus fuerzas, el crecimiento de su utilidad y su docilidad, su integración en sistemas de control eficaces y económicos” (Historia de la sexualidad, t. V, p. 168). DISCIPLINAS: ANATOMOPOLÍTICA DEL CUERPO HUMANO

BIOPOLITICA DE LA POBLACIÓN: S. XVIII en adelante. Centrados en el cuerpo-especie. Nacimientos y mortalidad. Salud, longevidad. El Estado interviene sobre la población con controles reguladores.

Para Foucault, el biopoder es indispensable en el desarrollo del capitalismo para asegurar la inserción controlada de los cuerpos en el aparato productivo y para ajustar los fenómenos de la población a los procesos económicos.
El biopoder sucede al poder disciplinario propio de la sociedad industrial. La disciplina, como diagrama de poder, tiene que ver con el encierro (cárcel, cuartel, hospital, escuela, fábrica, etc.) y se basa en la ordenación precisa de los cuerpos en el tiempo y el espacio (taylorismo, cadena de montaje, ejércitos modernos, burocracia, educación disciplinar).
El biopoder es una nueva tecnología de poder que surge en la transición de  las sociedades industriales a las contemporáneas (reticulares, posfordistas, de  consumo). Está orientando al control o la modulación de poblaciones grandes (en lugar de grupos reducidos), formadas por sujetos libres que habitan espacios abiertos (sociedad-red). El biopoder, como el marketing, trata a la  población por grupos estadísticos: jóvenes, inmigrantes, mujeres, estudiantes, profesionales, jubilados... 
Deleuze opone las nociones de biopolítica y anatomopolítica (que tendrían que ver con el  poder sobre los cuerpos individuales, más próximo a las disciplinas).
Otras formas de describir el ejercicio contemporáneo del biopoder son la sociedad de control (Deleuze) o la sociedad fármaco-pornográfica (Preciado).
El biopoder tiene una doble dimensión: por un lado, la sumisión de la población al sistema dominante; por otro, la creación de cuerpos productivos­consumidores en la sociedad-red, el  posfordismo. Tiene por tanto, una dimensión positiva –no se limita a prohibir o castigar – sino que produce mundo, produce lo real, produce subjetividad, produce  deseo. El biopoder actúa desde el interior, desde la producción de subjetividad.

MÁQUINAS
Los biodispositivos (Foucault) o máquinas (Deleuze y Guattari) son formas (situaciones estratégicas) de ejercicio del biopoder. Son ensamblajes de componentes heterogéneos (sociales, tecnológicos, jurídicos, espaciales), como, por ejemplo, la vivienda obrera en el Estado de bienestar, la televisión en el final del siglo XX.
La proliferación de computadoras, redes informáticas y medios de comunicación, está estrechamente vinculada al desarrollo del biopoder: producción de subjetividad, estadística y análisis masivo de datos, marketing,  identificación y geo-localización continua, evaluación y formación permanente,  modularidad, granularidad del trabajo, biometría, videovigilancia... 
Deleuze y Guattari utilizan el concepto de servidumbre maquínica para  describir las relaciones de sumisión­dominación derivadas del uso hegemónico de las nuevas redes de máquinas.
Negri y Hardt afirman que el biopoder aspira a poner a producir todos los tiempos y espacios (cuidados, salud, conocimiento, ocio, afectos, relaciones, infancia, vejez) que antes quedaban fuera del ámbito productivo. El biopoder no  sólo se limita a la producción de subjetividad, sino que tiene como horizonte la producción de toda la vida: ciborgización, biotecnología, ingeniería genética, nuevas naturalezas, nanotecnología...

BIOPOLITICA y NEOLIBERALISMO

CONTEXTO: cuando surge esta teoría, emerge el neoliberalismo. Precisamente en 1979 Margaret Thatcher se convertía en primera ministra del Reino Unido y, al año siguiente, Ronald Reagan era elegido presidente de los EE.UU. Foucault, de este modo, vislumbraba en el análisis de sus cursos la importancia de una problemática política que sólo varios años más tarde, concluidos los gobiernos de Thatcher y Reagan, pasaría a ser uno de los temas inevitables del pensamiento y del análisis político.

Biopolítica: Manera en que a partir del siglo XVIII se buscó racionalizar los problemas planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de vivientes en cuanto a población: salud, higiene, natalidad, longevidad, raza.
Pasaje o transición del poder de hacer morir o dejar vivir al poder de hacer vivir o dejar morir.
La biopolítica es la práctica política del biopoder. Gestión de la vida biológica de la población por parte del Estado.
En este nuevo escenario de un poder que aspira a producir toda la realidad, toda la vida, la resistencia o la contrahegemonía (construcción de otra hegemonía) no se pueden limitar a criticar, oponerse o luchar contra aspectos parciales del sistema (por ejemplo, laborales o medioambientales), sino que deben aspirar a producir otros modelos de vida radicalmente diferentes, otras relaciones sociales y laborales, otras subjetividades, otros sistemas de valorización, otros usos de las tecnologías, otros espacios.
Guattari señala la necesidad de centrarnos en la producción de subjetividad y la multiplicación de las singularidades, compatible, no obstante, con el cultivo de lo común, de los bienes comunes. Es necesario inventar eso que llama un nuevo paradigma ético­estético.

GOBERNANZA
También podemos relacionar el biopoder con la gubernamentalidad, contemporánea. Gubernamentalidad sería, para Foucault, el conjunto de técnicas por las cuales una población permite ser gobernada
Actualmente se habla de gobernanza, que vendría a ser una especie de soft  power. El término gobernanza alude a las técnicas de gobierno mediante  pactos con los diversos agentes sociales, que incorporan ciertas formas de  participación, generan nuevas hibridaciones público­privada­comunitarias, reducen la conflictividad social. Un ejemplo de gobernanza sería el de la integración de las ONG en la gestión de problemas sociales como la inmigración.

ALGUNAS IDEAS ASOCIADAS
Algunas ideas que podemos relacionar con sociedad de control / biopoder:
-Islas y archipiélagos, conexión/ desconexión; suspensión, como categorías para analizar la nueva ordenación espacial.
-Paradójica multiplicación asimétrica de fronteras/ controles interiores, frente a la retórica de los flujos y las redes.
-Multiplicación de enclaves y burbujas: comerciales, turísticas, corporativas, residenciales, exclusivas y por otro lado, de espacios de exclusión.
-Amenaza o desaparición del espacio público tal como lo entendíamos antes.
-Control (videovigilancia) y mercantilización.
-Mediatización­espectaculariación comercial­institucional del espacio (público).
-Turismo como consumo. Espacio público programado y estandarizado. 
-Modelización de los comportamientos: leyes de fumadores, restricciones a las bebidas alcohólicas, horarios.
-Obsesión por el control y gestión de las masas en el espacio público (modulación de los comportamientos, ordenanzas cívicas, macroeventos, ocio programado)
-Un espacio, privado y público, en general atravesado por redes y flujos electrónicos centrados en la identificación y el control de la población y las actividades que se desarrollan en la ciudad, incluso en tiempo real, que a su vez,  funcionan como máquinas o sistemas de producción de subjetividad (trabajo, relaciones sociales, consumo, ocio...)
-Nuevos modelos de acceso a la vivienda y a los espacios y servicios públicos como formas de control, que se cruzan con la incertidumbre y precarización laboral generalizada.
-Exclusión de y/o gestión agresiva contra las prácticas y  grupos críticos con el sistema (criminalización, tolerancia cero, expulsión).


****