viernes, 29 de agosto de 2014

Guía del Teórico 3 (Unidad 1)



Esquema de la clase.
  1. Cultura popular. Gramsci, Hoggart, Hall.
  2. Circularidad cultural. Bajtin

1.   Cultura popular

Algunos ejes para pensar la cultura popular desde el aporte de Gramsci, Hall y Hoggart:

La cultura popular vista desde una perspectiva materialista que incorpora al análisis la dimensión del conflicto: Interacción conflictiva entre la cultura y lo hegemónico; reciprocidad dialéctica entre ambas instancias; conflicto al interior de la propia cultura popular. Disputas que se manifiestan en dos planos: entre la cultura y lo hegemónico, por imponer otras concepciones del mundo y la vida, y al interior de la propia cultura, por dar cuenta de las relaciones desiguales y a su vez, de los elementos autónomos que posee.
La cultura popular como interacción recíproca con lo hegemónico: Ida y vuelta dialéctico. En este sentido, no todo lo que realiza la hegemonía es dominar y no todo lo subalterno resiste. Idea de circularidad. Observar lo popular en términos relacionales (aunque no sólo como posición). No pensar a las instancias como externas entre sí sino como producto de esas interacciones recíprocas.
Lo popular como mezcla/productividad: Lo popular conlleva elementos de lo hegemónico y lo hegemónico, elementos de lo popular. Aportes de Gramsci y Hoggart: Interacción recíproca. La cultura popular no sólo reproduce sino que también produce. Autonomía “relativa” de la cultura popular. Lo hegemónico no sólo domina y lo popular no sólo resiste. A su vez, interacción/ imbricación con lo masivo.
La cultura popular no se define por su origen ni por esencias o sustancias (es por ello que Gramsci revisa críticamente el folklore) sino por los usos, apropiaciones y significaciones que realiza de algunos elementos de la cultura (hegemónica, masiva o de la propia cultura popular).

Lo popular puede definirse como plantea Néstor García Canclini:

1-    Apropiación desigual de la cultura
2-    Elaboración de formas culturales propias
3-    Interacciones conflictivas entre cultura popular y sectores dominantes
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Antonio Gramsci (1891-1937):
Estudioso de varias disciplinas como filosofía, teatro. Nace en el seno de una familia con problemas económicos (padre encarcelado). Padece una enfermedad que dificulta su crecimiento. Es encarcelado en 1927, acusado por el fascismo de conspiración. Muere en 1937. Si bien comienza militando en el Partido Socialista, se distancia de él por criticar su reformismo. Forma parte de los Consejos de Fábrica, participa en las huelgas de 1920/1921. Funda L’Ordine Nuovo, revista obrera, donde intenta articular un lenguaje que llegue a los sectores populares. En 1921, funda el Partido Comunista Italiano (PCI).
Pregunta de Gramsci: ¿Por qué cuando estaban dadas las condiciones para que en Europa se gestara un proceso revolucionario, surgen el fascismo y nazismo? Es decir, ¿Por qué fracasaron los proyectos revolucionarios impulsados en Europa Occidental? Para Gramsci, el fascismo no es sólo la expresión de la clase dominante sino el producto del entrelazamiento complejo de actores sociales: en el caso italiano, burguesía urbana y agraria, alta burguesía, proletariado del norte y campesinos del sur.
Filosofía de la Praxis: Necesidad de articular de manera orgánica la reflexión con la acción cotidiana. De ahí, la preocupación del intelectual italiano por generar ámbitos de educación popular: creando organismos contraculturales como la Asociación de Cultura Socialista, el Club de vida Moral y el Grupo de Educación Comunista entre 1917 y 1919.
Gramsci piensa la revolución como transformación integral de la vida cotidiana donde la praxis pedagógica se cultiva a diario y tiene como principales protagonistas a los sectores subalternos que libran una guerra de trincheras en diversos ámbitos. Esta disputa no sólo se da en el vínculo maestro-estudiante sino sobre todo a través de una batalla intelectual y moral que requiere un proyecto de alternativa civilizatoria. Vínculo entre saber y sentir para constituir un sujeto contrahegemónico.
Por lo tanto, la filosofía de la praxis es tanto crítica como una política cultural. Crítica y superadora de las formas convencionales de pensamiento e ideología dominante. Estrategia político-cultural de los sectores sociales subordinados.

Literatura y Vida Nacional
Fragmentos de escritos en la cárcel posteriores a 1931 (Cuadernos de la Cárcel) y la segunda parte, crónicas y escritos teatrales de 1919-1920 en el periódico “Avanti” de Turín. Los Cuadernos de la Cárcel son una reflexión desde una doble derrota (la sufrida a manos del fascismo pero también la que involucra a la tragedia del estalinismo).

Algunas nociones sobre cultura, cultura popular, folklore
La cultura popular definida no en términos de origen o esencia, sino en relación a los usos, resignificaciones y apropiaciones. Mezcla. Interacción dialéctica con lo hegemónico. Lo popular como conflicto.

Definición de cultura
Gramsci ve la cultura como un espacio de conflicto político en el cual las clases dirimen su intento de ser hegemónicas.
Hace énfasis en la organización de la cultura. Esto es, una organización material e institucional encaminada a "mantener, defender y desarrollar el “frente” teórico e ideológico" de la sociedad.
Gramsci aplicará esta visión de la cultura, resumida aquí en sus componentes básicos, principalmente, a partir de una discusión sobre la ausencia, en Italia, de una cultura nacional popular. ¿Cómo la define? La difusión en la sociedad italiana de una nueva hegemonía; de una nueva concepción (laica) del mundo, capaz de extenderse "hasta en los estratos más rústicos e incultos". O sea, la formación de esa cultura nacional popular tiene que ver con el surgimiento de una nueva concepción del mundo (un "moderno humanismo" dirá Gramsci), con la aparición de nuevas capas de intelectuales, ligados orgánicamente a los sectores mayoritarios de la nación (sectores populares), con la difusión de esa concepción a lo ancho de la sociedad (bajo la forma de una nueva filosofía, de un nuevo periodismo, de una nueva literatura, etc.); con la superación (conflictiva) de la cultura católica (o su nacionalización), y con el desarrollo de toda una nueva organización de esa cultura nacional‑popular.
Intelectual orgánico (diferencia con la noción de intelectual comprometido en Sartre, y definición de intelectual desde el caso de Zola en Bourdieu).

Implicancias del concepto de hegemonía en Gramsci

Proceso de dirección político e ideológico en el que una clase o sector logra una apropiación diferencial de las instancias de poder en alianza con otras clases, admitiendo espacios donde los grupos subalternos desarrollan prácticas independientes y no siempre “funcionales” para la reproducción del sistema.
De esta manera, las acciones hegemónicas son eficaces en la medida en que atiendan a las clases populares. Asimismo, los bienes y mensajes hegemónicos intercambian e interactúan con los códigos perceptivos y hábitus cotidianos de las clases populares.
Entiende el poder como un complejo y dinámico campo de fuerzas simbólico-material que se tiene que modificar en cada una de las trincheras propias y ajenas que uno habita o disputa a diario (es siempre un proceso).

Cultura popular
Gramsci concibe la cultura popular como un uso y no como un origen; como un hecho y no como una esencia; como posición relacional y no como sustancia.
Es decir, el valor de lo popular no reside en su autenticidad o su belleza, sino en su representatividad sociocultural, en su capacidad de materializar y de expresar el modo de vivir y pensar de las clases subalternas, las maneras como sobreviven y las estratagemas a través de las cuales filtran, reorganizan lo que viene de la cultura hegemónica, y lo integran y funden con lo que viene de su memoria histórica.

“Observaciones sobre el folklore”
El concepto gramsciano de folklore se equipara al de cultura popular en el sentido fuerte, es decir, como "concepción del mundo y de la vida", que se halla "en contraposición (esencialmente implícita, mecánica, objetiva) a las concepciones del mundo oficiales (o en sentido más amplio, a las concepciones de los sectores cultos de la sociedad) surgidos con la evolución histórica".
Definición de folklore:
Representa una concepción del mundo y de la vida no sistemática ni elaborada (fragmentada) ya que el pueblo no puede tener concepciones elaboradas, sistemáticas, políticamente organizadas y centralizadas. Concepciones múltiples, diversas, yuxtapuestas, estratificadas, aglomerados de fragmentos de diversas concepciones del mundo y de la vida. Propuesta: superarlo dialécticamente.
Para el investigador chileno Brunner (“Notas sobre la cultura popular, industria cultural y modernidad”) se define así: Heteróclita asociación de elementos estratificados que rigen la conducta y las creencias de un grupo subalterno, conjunto en que se mezclan elementos provenientes de la religión o la moral oficiales con tradiciones seculares, amoldados por las condiciones de vida cultural del pueblo. Potencialidad política autónoma de las clases populares.
Cita de Gramsci en Literatura y Vida Nacional, p. 128:
“Es necesario estudiarlo como concepción del mundo y de la vida, en gran medida implícita, de determinados estratos (determinados en el tiempo y en el espacio) de la sociedad, en contraposición (también por lo general implícita, mecánica, objetiva) con las concepciones del mundo ‘oficiales’ (o en sentido más amplio, de las partes cultas de las sociedades históricamente determinadas), que se han sucedido en el desarrollo histórico (De ahí la estrecha relación entre folklore y sentido común, que es el folklore filosófico)”

Vínculo de relación estrecha entre folklore y sentido común (folklore filosófico).
Sentido común en Gramsci (El materialismo histórico y la filosofía de B. Crocce, p. 13):
“Una filosofía de la praxis sólo puede presentarse como polémica y crítica, como superación del modo de pensar precedente y del pensamiento concreto existente:
a)    Como crítica del sentido común (si todos son filósofos no será cuestión de introducir una ciencia en la vida individual de todos sino tornar crítica una actividad existente), y
b)    Como crítica de la filosofía de los intelectuales, que en tanto individual puede considerarse como cumbre del sentido común, por lo menos del sentido común de los sectores más cultos y a través de éste, del sentido común popular.”
Si hasta ahora se estudió el folklore como elemento pintoresco o aspecto particular de erudición, es necesario estudiarlo como concepción del mundo y de la vida, en gran medida implícita, de determinados estratos (en el tiempo y en el espacio) de la sociedad en contraposición (implícita) con las concepciones ‘oficiales’ o cultas del mundo, que se han sucedido en el desarrollo histórico.
En el folklore se encuentran supervivencias, documentos mutilados y contaminados de las distintas y sucesivas concepciones del mundo y de la vida que ocurrieron en la historia. (Williams: lo residual/ tradición selectiva).
A ese legado se incorporan nuevos elementos provenientes del pensamiento, la ciencia moderna, la religión.
También existe una moral del pueblo: máximas para la conducta práctica, costumbres ligadas a la superstición, las creencias religiosas. Más fuertes que la moral oficial.
La educación promovida por el Estado está en concurrencia y en contradicción con otras concepciones explícitas e implícitas, sobre todo el folklore.
El folklore está ligado siempre a la cultura de la clase dominante y extrae de ella motivos que entran en relación con tradiciones precedentes/ cruces. Nada más fragmentario y contradictorio que el folklore.
Es más fluctuante y móvil que la lengua, o mejor que aquello que Saussure llama “habla”.
Pueblo: no es una colectividad homogénea de cultura. Numerosas estratificaciones culturales y combinaciones.
Cantos populares
  1. compuestos por el pueblo para el pueblo
  2. compuestos para el pueblo (pero no por el pueblo)
  3. adoptados por el pueblo por acordar con su manera de sentir y pensar.
Pensar ejemplos en la música popular argentina.
Lo que puede encontrarse en los cantos populares es su modo de concebir el mundo y la vida, en contraste con la cultura oficial.

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HOGGART, Richard, La cultura obrera en la sociedad de masas, México, Grijalbo, 1990, primera edición en inglés The Uses of Literacy, 1957. (Puede traducirse como Los usos de la alfabetización, o del acceso a la cultura letrada en un sentido más amplio que la lecto-escritura).
Hijo de familia obrera. En 1964 funda y dirige el Centro de Estudios Culturales Contemporáneos de Birmingham.
Dice Hoggart en la entrevista que le hace Sarlo en Punto de Vista (a partir de comentar su experiencia como profesor de Literatura Inglesa) sobre The uses of Literacy:

“Me fui convenciendo así de que no puede hablarse de literatura de masas sin hablar de la gente que la consume y el mundo en que ella vive. Por eso la primera mitad de The Uses of Literacy se convirtió, entre otras cosas, en un redescubrimiento de mi propio pasado. De esta forma, comencé a escribir un libro sobre cultura de masas y terminé escribiendo sobre el cambio cultural, la vida obrera. Por eso es un libro heterogéneo, que parece no pertenecer a ninguna parte. Se me aconsejó que no lo publicara, que arruinaría mi carrera como profesor. Lo publiqué pero, a decir verdad, con la duda rodeándolo. El libro sobrevivió y, con una o dos excepciones, los antropólogos y los sociólogos lo recogieron con hospitalidad (…) Passeron piensa que ningún francés hubiera podido escribirlo y cree que es necesario dar batalla sobre lo concreto en las ciencias sociales. En París me encontré un día con Lévi-Strauss quien me dijo: ‘Usted es más antropólogo que yo’. Y creo que si mi vida empezara de nuevo sería antropólogo.”

Contexto en el que se produce el libro (1957): expansión incipiente de los medios masivos (TV emergente). La pregunta por cómo estos medios afectan a la cultura popular.
Formas que perviven en la cultura obrera ante el embate de la Industria Cultural (cultura sin pertenencia de clase). Distinción entre cultura de masas y cultura popular. Y la cultura alta o letrada.
En la primera parte, Hoggart investiga desde dentro, desde la vida cotidiana de la clase obrera inglesa, lo que configura el mundo vivo de la experiencia popular. Un método que combina la encuesta etnográfica con el análisis fenomenológico posibilita trabajar esa experiencia sin caer en el culturalismo, ya que la cultura nunca es algo separado de las condiciones materiales de existencia.
Lugar de la enunciación: primera persona del singular (yo) como parte de la clase obrera. Testimonia y a la vez analiza. Utiliza su propia biografía y su conocimiento desde la experiencia (su familia, su barrio, etc.) como objeto de análisis. Deviene en etnógrafo, antropólogo de su propia clase.
La segunda parte es su mirada como intelectual ex perteneciente a la clase.

Antagonismo entre el mundo de nosotros y el mundo de ellos (los otros)
(Capítulo 3: “Ellos y nosotros”)

Ellos/ nosotros

Cohesión e identidad de grupos sociales construida en oposición a un ellos. Sentimiento hostil.

Mundo de “ellos”: Figura multifacética. Se trata de quienes imparten la ley, representan la autoridad. Mundo de los jefes (privados o funcionarios), mezcla de patrón y señor feudal.
Características del mundo de “nosotros”: Clase obrera. Quienes experimentan la desigualdad de la ley (el policía los vigila, el capataz les genera desconfianza), quienes satirizan la ley, poseen orgullo y amor propio, presentan interés porque los hijos salgan adelante, respetan los libros, poseen un fuerte sentimiento de pertenencia a un grupo aunque sin llegar a tener conciencia de las necesidades de transformar las condiciones de vida de todos gracias a una lucha común, falta de visión o ambición, cosas reales en nosotros: hogar, afecto familiar, amistad, capacidad de divertirse, el dinero no es todo y no vale la pena pasar la vida sudando para ahorrar dinero extra. Vida sexual más abierta en los hombres aunque timidez para hablar. Regla de que si se embarazan se casan o bien, no tienen relaciones. Respeto sobre el estudioso, la educación, los libros. Grupo cerrado (por geografía, distancia, clase). Pensamiento de masas (evita críticas a lo diferentes), habla popular. Trabajo que no aporta mucho. Mujer: se encarga de que las cuentas cierren. Aceptación de que la vida es dura y sin imprevistos. Las acciones valen más que las palabras. El cuidado de los hijos está por encima de prostituirse. Horizonte limitado. Atención puesta en la vida cotidiana (concepción de cultura amplia): ocio, hobbies, tiempo libre.

Ese estilo de vida entremezcla una bipartición del universo social entre "ellos y nosotros", y una fuerte valoración del círculo familiar, con una gran permeabilidad a las relaciones de grupo, especialmente a las de vecindario, un moralismo que mixtura el gusto de lo concreto con un cierto cinismo, una religiosidad elemental y un saber vivir al día, que es capacidad de improvisación y sentido del goce. Hay también, en ese estilo de vida popular, conformismo basado en la desconfianza hacia los cambios, cierto grado de fatalismo que se apoya en la larga experiencia de su destino socioeconómico, y una tendencia a replegarse, a encerrarse en el pequeño círculo cuando las cosas salen mal.
Rastrea en las condiciones de vida, mitos, supersticiones, folklore, rituales cotidianos, la cultura vivida. Demuestra la persistencia de elementos residuales, un marco de referencia o respaldo ante los cambios que los procesos de modernización y urbanización introducen en las viejas tradiciones. No se trata de una continuidad inerte de actitudes o resistencia pasiva, sino de un proceso emergente de sobrevivir al cambio, asimilando las cosas nuevas que parecen más convenientes, persistiendo en el culto hacia algunas de las viejas y descartando el resto.

Límites de esa pertenencia. Grupo nebuloso y poderoso que afecta la vida de “nosotros” de muchas maneras. Sentimiento de desventaja ante la Ley (que se percibe en su contra).
La violencia de las autoridades inglesas tiende a desaparecer en el siglo XX (hegemonía). Actitud de desconfianza o extrañeza (no de miedo) ante un sistema que no controlan ni manejan (ejemplo: judicial).
Cambios generacionales: jóvenes, viejos. Actitudes que se repiten generación tras generación.
Nosotros: pertenencia a un grupo, buenas relaciones con el vecindario, camaradería, cooperación. Este sentido comunitario no es muy consciente: “no llega a ser conciencia de la necesidad de transformar las condiciones de vida de todos en una lucha común”. Más bien: certeza de pertenecer irremediablemente a un grupo, en el que la vida es dura y nos toca la peor parte. Horizonte limitado: ni el dinero ni el poder los hará felices. Hogar, afecto familiar, amistad, capacidad de divertirse.

Actitud ambigua ante aquella minoría que decide formarse/ estudiar. Desconfianza en los libros, dudan del valor de la educación.
Tendencia a preservar el modo de vida y no hacer cambios. La clase obrera se apega a una pauta preestablecida y no deja lugar a lo imprevisto. “Certidumbre de que su modo de vida no cambiará jamás o incluso que no tiene por qué cambiar”
Para ser parte del grupo hay que actuar como los demás y evitar las críticas por ser diferente. “La sanción, la reprobación o el ridículo son el resultado inmediato de la trasgresión a la norma”.

Minorías ilustradas o conscientes dentro de la clase obrera: intelectuales orgánicos (preocupación semejante a la de Gramsci por los intelectuales orgánicos). Los diferencia de la minoría militante (sindical, política).
Hipótesis de Hoggart: a mejor pasar económico, mayor deterioro cultural. Asimilación a la cultura masiva: “Nadie podría negar que la clase obrera tiene hoy mejores condiciones de vida, mejores servicios de salud, mayor acceso a bienes de consumo, mejores oportunidades educativas. Lo que he querido ilustrar es que los cambios culturales que se han dado han significado un deterioro”.
Hoggart relativiza la influencia de los medios en la cultura popular y sus tradiciones, al observar no sólo lo que se alteró por la expansión de la Industria Cultural (IC) sino también lo que no cambia, o cambia muy poco (hábitos, valores, pasatiempos, instituciones...). Las innovaciones de los Medios Masivos de Comunicación se atenúan o eliminan por las exigencias de la vida doméstica. La cultura tradicional de la clase obrera inglesa demuestra el poder de resistencia que ha caracterizado a la clase obrera desde el principio de la era industrial. “Han sido capaces de pasar de un modo de vida rural al urbano sin convertirse en un lumpenproletariado amorfo”.
Crecimiento desmedido del mercado ligado a la diversión. Consumos culturales (incitación al consumo de los productores). Análisis de la prensa masiva y la lectura de ediciones populares.
Efecto de la cultura masiva: uniformización, anonimato. Regresión cultural mayor que el analfabetismo.

Se observa así un doble movimiento: si bien la Industria Cultural produce numerosas publicaciones y en términos de influencia, Hoggart habla de un deterioro o degradación en cuanto a lo que se produce, la cultura popular conserva elementos que interactúan con los nuevos medios: clubes, distracciones como dardo o dominó; no desaparece la relación con el hogar; se conserva la caridad, etc.
A su vez, se puede hablar en términos de usos y apropiaciones que realiza la cultura popular: “resiste” a los llamados publicitarios, aborda lo que considera conveniente, lee la prensa sin complejos, canta canciones cómicas, satiriza la publicidad, una suerte de energía vital que resiste embates de la IC o bien: las innovaciones más aparentes que difunden los medios se atenúan o eliminan por las exigencias de la vida doméstica.
Revistas dedicadas a la clase obrera (pesca, artesanías, arreglos domésticos, jardinería. Sin embargo, ciertas tradiciones siguen vigentes como el gusto por ir al campo. Esto demuestra el poder de resistencia que ha caracterizado a la clase obrera desde el principio de la era industrial (usos, apropiaciones).
Sin embargo advierte: si bien se produjo un proceso de alfabetización, la concentración de la prensa no rompió la línea que separa la clase obrera de la burguesía. Defectos de la prensa popular: deformación ideológica, opinión reiterada, escepticismo superficial, explotación cultural además de económica.
Prensa borra diferencias de clase: la cultura de clases se está desgastando a favor de la opinión de masas, la diversión de masas y la respuesta emocional generalizadas. Tanto la prensa, como Hollywood, presentan al hombre común sin clase ni rostro.
Cuando analiza el funcionamiento de la prensa "que para inclinar a los miembros de las clases populares a la aceptación del statu quo se apoya sobre valores como la tolerancia, la solidaridad o el gusto por la vida en los que hace sólo cincuenta años se expresaba la voluntad de las clases populares por transformar sus condiciones de vida y conquistar su dignidad", se encuentra sintetizado en forma espléndida el funcionamiento de la hegemonía en la IC: la puesta en marcha de un dispositivo de reconocimiento y la operación de expropiación. Hoggart traza el mapa de esas operaciones que "explotan" las aspiraciones de libertad vaciándolas de su sentido de rebeldía y llenándolas de contenido consumista, que transforman la tolerancia en indiferencia o el sentimiento de solidaridad en igualitarismo conformista, y el apego a las relaciones cortas, personales, en la torpe "personalización¨. La razón secreta del éxito y el modo de operar de la industria cultural remiten fundamentalmente al modo como ésta se inscribe en y transforma la experiencia popular. Y a esa experiencia -que es memoria y práctica- remite también el mecanismo con el que las clases populares hacen frente inconsciente y eficazmente a lo masivo: la mirada oblicua con que leen "sacándole placer a la lectura sin que ella implique perder la identidad", como lo demuestra el hecho de que comprando diariamente la prensa conservadora voten por el laborismo y viceversa.
La línea de fondo, la que permite enlazar toda esa variedad de prácticas, es lo masivo trabajando desde dentro de lo popular. De modo que la posibilidad de comprender lo que de veras pasa en la prensa popular tiene tanto o más que ver con lo que pasa en la fábrica y la taberna, en el melodrama y los mítines, sus pancartas y sus panfletos, que con lo que pasa en el mundo de los periódicos mismo.
Hoggart plantea que los medios de comunicación operan en la dirección ya marcada por las tradiciones de la cultura popular, y que los residuos de lo que era una cultura popular van siendo destruidos por el efecto de los estímulos de quienes controlan los medios masivos de comunicación, mucho más insistentes, eficaces y globalizados que en décadas anteriores.
La acción de la Industria Cultural aparece estudiada y evaluada desde un criterio básico: “El efecto de las fuerzas de cambio está esencialmente condicionado por el grado en que la actitud nueva puede apoyarse sobre una actitud antigua”. Lo cual no impide el que la acción de lo masivo sea a su vez sentida como una operación de desposesión cultural.
Se tiende a una sola cultura masiva: borramiento de las fronteras entre las clases.
La dominación cultural es menos obvia que la económica. Para la clase dominante es más fácil atraer a la clase obrera a una cultura sin referencias objetivas de clase” por las mejores condiciones económicas (que diluyen el enfrentamiento entre las clases). Una misma clase cultural. Cultura masiva: sin clase, sin rostro.
“La democratización relativa de la enseñanza tiene como consecuencia que se despoje a la clase obrera de sus elementos más críticos y activos, en el momento en que ésta tiene la mayor necesidad de espíritu crítico para defenderse contra la influencias de la prensa”.
Sostiene la independencia de los lectores populares y sus prácticas de lectura, sin dejar de preguntarse sobre los efectos de la prensa popular: en qué medida transforma las actitudes de la clase obrera. Refuerzo entre tendencia al escándalo y evasión.

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STUART HALL Y TONY JEFFERSON (COMP.), Resistencia mediante rituales (1983), UNLP, 2010.
Los autores emplean la noción de sub-culturas juveniles (o tribus urbanas) como operaciones de resistencia de los jóvenes de la cultura trabajadora en la posguerra, en medio de la “ideología de la prosperidad” como mito (acerca de y para la clase trabajadora) a través de los medios de comunicación, la publicidad, los discursos políticos.
Si en los años ‘20/’30 se impuso un dominio coercitivo (en medio de la crisis económica), en los ‘50 se instala la dominación hegemónica con la prosperidad como ideología. En cambio en los ‘60/’70 ese liderazgo ha sido de nuevo cuestionado (polarización social, reaparecen los mecanismos coercitivos).
La clase subordinada ha desarrollado su propia cultura, sus formas de relación social, sus instituciones características, valores, modos de vida. Instituciones que preservan la cultura subordinada a la vez que negocian sus relaciones con la cultura dominante. Pueden pasar por fases adaptadas al poder o combativas.
Repertorio de respuestas de la clase trabajadora al poder inmediato y a la autoridad capitalista: cultura informal en el espacio laboral (ejercer control sobre los procesos de trabajo y los momentos de ocio), negociaciones salariales, huelga, paro, toma de fábrica… etc.
El barrio o vecindario asume su forma tradicional desde 1880 en Gran Bretaña. Se conforma una cultura colectiva, asentada en espacios comunales físicos (redes de calles, casas, tiendas, tabernas y parques) y sociales (redes de parentesco, amistad, trabajo, relaciones vecinales). Lealtades, solidaridades, tradiciones.
(Nota sobre cómo el miedo al Ébola rompió solidaridades subalternas de acogida a los huérfanos).
Analizan en diferentes capítulos distintos aspectos emergentes: Skin heads, hacer nada, consumo de drogas, comunas, reggae/rastas, chicos de la calle, moda/estilo, consumos musicales, chicas y explotación, ciertos barrios (East End), etc.
Existencia de fracciones de clase con un tipo de respuesta específico, relativamente autónomo respecto del resto de su clase.
Impacto de la transformación del mundo del trabajo en la posguerra (la cultura ocupacional).
Zonas de las ciudades industriales afectadas: nuevas fuerzas económicas en algunas partes y atraso en otras. Como ello impacta en la estructura de la familia (por los desplazamientos laborales).
Situar a la juventud entre la cultura hegemónica y una culta parental subordinada (trabajadora).
(Pensar el caso argentino de los años ‘90: la exclusión del mercado laboral de un porcentaje de la población y las tribus juveniles o concepciones de vida que allí nacen).
Las relaciones entre una cultura dominante y una subordinada son de negociación, resistencia y lucha. Estrategias dentro y fuera de la institucionalización formal de la lucha de clases.
Repertorio de estrategias y respuestas (maneras de copiar, incorporarse y de resistir). Ninguna posición es fija y permanente. Subculturas y consumo (nichos).

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MIJAIL BAJTIN (1895-1975): CIRCULARIDAD CULTURAL
Contexto: debates entre el formalismo ruso y el marxismo. Rusia años ‘20.
Parte de la escena de efervescencia cultural que ronda la Revolución de octubre. Polémica desde el Círculo de Bajtin. Discusión sobre lenguaje y revolución, arte y revolución.
Enigma de las tres firmas: Voloshinov, Medvedev, Bajtin. Amigos personales y compañeros de discusión intelectual, parte de un proyecto colectivo.
Polemiza tanto con los formalistas como con la sociología marxista en su enfoque de la literatura y el arte. Reconoce en ambos parte de razón y error.
En cuanto a los formalistas: especificidad literaria en análisis inmanentes. FORMA.
Bajtin se niega a ver en la literatura una operación meramente formal. La forma no es autónoma.
En cuanto a los marxistas (y la teoría del reflejo): les cuestiona que no puede separarse forma y contenido en el análisis literario. Contenido, historia, ideología no son externas a la obra.
Bajtin combina ambas posiciones, cuestionándolas a la vez. Reconoce la especificidad de lo literario, su condición de ser un hecho del lenguaje, pero entiende la obra como un producto ideológicamente relacionado con su entorno socio-histórico. La lengua es ideológica. La ideología y la historia no están fuera de la obra, son su inmanencia.

También establece una discusión con la concepción de Saussure (la oposición lengua-habla. En la perspectiva del autor, lo que debe estudiarse es la lengua en tanto universal y ahistórica). Por el contrario, el Círculo de Bajtin plantea que hay que reconocer en la lengua su dimensión social, sus tensiones, y la concibe como un espacio de resistencia al poder. La palabra como espacio de combate (Voloshinov, Marxismo y filosofía del lenguaje, 1929). El signo no es abstracto sino material y valorativo. ¿Por qué la lengua cambia? Porque entra en ella la historia. Por eso, optan por estudiar el habla, y no la lengua.

Raleado y perseguido por el estalinismo, es condenado a oscuros puestos de docente de provincia o ni siquiera eso. Muchos de sus amigos son asesinados. 1930: se prohíbe el formalismo. Dispersión de la escena intelectual. Su tesis sobre Francois Rabelais (1494-1553) es rechazada y menospreciada por la academia estalinista. Recién es redescubierto en los ‘60. En 1956, Jakobson lo menciona en una conferencia. Un grupo de alumnos descubre la tesis y propone publicarla, y reeditar su libro sobre Dostoievski. Con algunas concesiones a la censura, logran hacerlo años después. Descubren además que Bajtin todavía vive. Cuando lo publican en URSS tardíamente, explican su silenciamiento de tantos años en términos de “razones personales”.

Mijail Bajtin, La cultura popular en la edad media y el renacimiento (1933)

Nociones clave:

POLIFONIA o DIALOGISMO: multiplicidad de voces en cualquier texto, más allá del narrador.

CRONOTOPO: modo de intervinculación entre parámetros temporales y espaciales. Modo concreto en que el tiempo y el espacio se relacionan en la literatura y el arte.
En el caso que analiza Bajtin, se trata del cronotopo del carnaval: plaza pública festiva. Lugar importante de esas prácticas en la vida del hombre medieval que se remontan a la antigüedad, y que fueron desplazadas e incomprendidas en la Modernidad.
El carnaval ocurre en la plaza pública en la que se establecen contactos libres de cualquier distancia social, económica, de cualquier jerarquía. No hay público ni actores, no hay escenario. Todos participan. Unidad popular. No tiene la forma de un espectáculo teatral y no está dentro del dominio del arte. Está situado en las fronteras entre el arte y la vida. Es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego. Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven. No hay frontera espacial. Es universal.
CARNAVAL como fiesta popular, festejo de culturas agrícolas. Renacer primaveral después del invierno. La vida (colectiva) resurge después de la muerte.
Todo sigue, todo renace. Conciencia temporal. La muerte embarazada. Todo se destruye y se renueva.
Carnaval como espectáculo, mito y rito en el que confluyen la exaltación de la fertilidad y la abundancia, la jocosa inversión de todos los valores y jerarquías, el sentido cósmico del fluir destructor y regenerador del tiempo. Esta cultura se opone expresamente al dogmatismo y a la seriedad de la cultura de las clases dominantes.
“Ofrecen una visión de mundo, del hombre y de las relaciones humanas, deliberadamente no oficial, exterior a la Iglesia y al Estado; parecían haber construido, al lado del mundo oficial, un segundo mundo y una segunda vida a la que los hombres de la Edad Media pertenecían”
Conciencia de que ningún poder es eterno. Expulsión del miedo. Alegría popular.
La risa del carnaval es negativa (crítica) y positiva (júbilo). Aproximación, familiarización con eso desconocido.

Un mundo al revés, donde los excluidos (los tontos, los feos, los deformes) reinan por un día. Inversión del mundo. Abolición del orden jerárquico.

Manifestación de una cultura no oficial paralela, espacio de resistencia contra el poder y a la vez canalización catártica de esa resistencia.
Modos de representación estética diferentes a los oficiales, tanto escritos como orales, en latín y lengua vulgar (farsas, poemas, pregones).
Clasifica en tres zonas las manifestaciones de esta cultura:

1)    Formas y rituales del espectáculo (representados en la plaza pública)

2)    Obras cómicas verbales, orales y escritas.

3)    Diversas formas de vocabulario familiar y grosero.

Carácter ritual del carnaval: creación de un lenguaje propio, alternativo. Insulto, maldición, invectiva. Voz del pueblo.
Plurilingüismo en la feria: coexistencia de distintos dialectos y lenguajes nacionales, y distintos sistemas valorativos del mundo. Lugar donde la comunidad se entrecruza con otros.
Dialogismo o polifonía: entre palabras y cosas, experimentados diferente. Lo carnavalesco de la sociedad es el cruce de muchas lenguas, pluralidad de voces.
Mezcla espontánea de valores, fenómenos y cosas.
Se disuelven los límites entre lo sagrado y lo profano. Lo sublime y lo ínfimo. Lo sabio y lo tonto.
Profanaciones (parodias, obscenidades). Cultura cómica popular que es fuerte en la Edad Media y el Renacimiento, y es cercenada en la Modernidad. Queda en un lugar residual en el romanticismo (y traza una línea de continuidad en el realismo y las vanguardias). Lo grotesco (realismo grotesco: tipo específico de imágenes de la cultura cómica popular en todas sus manifestaciones).
Cuerpo como protagonista: erotismo, alimentación, defecación. Fertilidad y tumba: la tierra, la madre. Hacerse y deshacerse.
Diferencia con el cuerpo en el Renacimiento (perfecto, alejado de los extremos. Pierde su ambivalencia regeneradora). Lo inferior separado de la mente. El individuo separado del colectivo.

CIRCULARIDAD CULTURAL
Su tesis de la circularidad cultural es que el cronotopo del carnaval genera o gesta formas estéticas que dan lugar a la NOVELA, en los albores de la modernidad. Línea popular alternativa desarrollada en la plaza pública, con la tolerancia de los poderes de Estado. Cultura alternativa sin prestigio académico ni oficial, que penetra el arte culto y produce formas absolutamente nuevas de representación estética en el cruce subversivo y productivo con la tradición oficial.
REALISMO GROTESCO: modo de representación de la realidad que permite su cuestionamiento. Contexto polifónico, diversas voces que conviven en la literatura de Rabelais. Apropiación de la palabra ajena.
Relaciones entre cultura popular y cultura alta: lo que se reprime en una reaparece y se reconvierte en la otra. El Carnaval como festividad popular reaparece en la forma literaria moderna por excelencia: la novela.



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